Tras el éxito de las tres jornadas del festival de música afroamericana en lo alto de la colina gasteiztarra, la capital de Zuia pudo saborear el ambiente y la filosofía que el Aztarna Beltza Festival busca extender por todo el territorio.

Y así fue. El color, el sabor, el calor y el ritmo de este género musical endulzaron las calles de Murgia haciendo bailar a todos los presentes. Desde los más txikis, seguidos de los jóvenes, hasta los más veteranos. Todos se unieron para un mismo fin: disfrutar, divulgar y llamar la atención sobre un espacio poco iluminado, la música negra underground. Una escena donde el contenido importa más que el nombre.

La música más que el estilo. Donde un grupo que probablemente no conoces, te demuestra que te gusta más que los que escuchas habitualmente por otros canales. Grupos de calidad indiscutible que no son protagonistas en los festivales masivos, pero pueden liderar cualquier cartel.

Música artesanal

Desde Aztarna Beltza se quiere mantener viva la música artesanal y hacer una defensa del directo y del disco en vinilo. También creen fundamental que todas esas colecciones que ni siquiera es fácil encontrar en los nuevos medios mantengan vivo su valor y puedan seguir inspirando a las nuevas generaciones. Para ello las actuaciones en directo se complementaron con la audición de música exclusivamente reproducida en vinilo.

El otro gran objetivo de este festival es ser un ejemplo de sostenibilidad. Por ello, tanto en Gasteiz como en Murgia no se utilizaron materiales nocivos para el medio ambiente. La impresión de cartelería fue mínima y hubo cero utilización de plástico de un solo uso, ayudando así a la concienciación y reutilización de materiales. Relacionado con este objetivo se desarrolló el taller, a cargo de MadLab, de reciclaje de plásticos. Fue todo un éxito.

La miel, también protagonista

La miel tuvo mucha importancia durante toda la jornada, ya que hubo visitas guiadas al Museo de la Miel de la localidad y junto al escenario un stand para poder degustar este producto local que no está en su mejor momento. Concienciar sobre este problema fue otro de los objetivos.

Todos estos ideales estuvieron presentes ayer tanto en el Jardín de Villa Jesusa como en la plaza Bea-Murgia. Dos escenarios que con luz propia contribuyeron a generar el mejor de los ambientes.

Una tarde con energía

Para comenzar la tarde con energía desde Zarautz llegaron Arima Soul, una banda que trajo su dulzura con el mejor soul en euskera. A continuación y con aroma gasteiztarra llegaron Big Bros, evolución de la banda Erregeak, con un mensaje que hizo replanteares de qué forma nos llega la información. Parrucho, pionero de la música negra en Gasteiz, llegó con la merienda en forma de colección de vinilos para cargar de buen rollo el tramo final del festival. Y como colofón, Bubblin’ Sound System y Sustrai Sister regresaron al escenario de la plaza Bea-Murgia para encargarse de cerrar el Aztarna Beltza en lo más alto. Un sábado con mucha música, reivindicación de lo local y de lo rural, endulzado con la mejor miel. Larga vida al Aztarna Beltza festival.

La importancia de Villa Jesusa

Arantza Cordero llevó a Libruxka hasta los jardines de Villa Jesusa en un cuenta cuentos que hizo a los más txikis disfrutar de las mejores historias. 

Bubblin’ Sound System junto con Sustrai Sister consiguieron la mejor combinación para arrancar la programación musical con sus altavoces de carpintería y unas improvisaciones de reggae y soul que hicieron mover las caderas a todos los allí presentes.

La hora de comer estuvo amenizada con Dr. Risi y su colección de vinilo ayudando así a una mejor digestión de los aztarneros y aztarneras que decidieron almorzar en la capital de Zuia.