“Quiero seguir con mi trabajo habitual de militante cultural y de activista del arte. Eso lo haré de otra manera”. Son palabras de Daniel Castillejo en una entrevista con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en junio de 2022, justo a punto de jubilarse. De hecho, en este tiempo el ex director de Artium ha estado más que activo en diferentes iniciativas, aunque ahora cobra cuerpo a la vista de la ciudadanía un proyecto muy personal pero al mismo tiempo significativo en varios planos de la realidad de la ciudad y del arte contemporáneo.

Por primera vez. Zas Kultur, ¶espazioa y El Estado del Arte, tres espacios independientes y alternativos nacidos entre la pasada década y la actual en la capital alavesa, se unen para acoger una misma iniciativa. El culpable es Castillejo y su Art Blues Band, una singular formación cuyos componentes son cuatro piezas realizadas por el también artista en los años 80, antes de adentrarse en el mundo de la gestión cultural y el comisariado.

En la parte más práctica de la propuesta, desde ya se pueden ver las mencionadas esculturas en los escaparates de Zas (plaza San Antón), El Estado del Arte (avenida Derechos Humanos, 27) y en el estudio del propio Castillejo (Herrería, 74). Además, ¶espazioa inaugura hoy a las 20.00 horas su parte de la muestra, que también juega con el interior del local de la calle Costa Rica.

Desde la reflexión

“Desde hace bastantes meses, vengo dándole vueltas a la idea de cómo situarme personalmente en relación con el contexto que ha marcado toda mi vida y al que no pienso renunciar desde que estoy en él, allá por 1976 cuando inicié los estudios de Bellas Artes, hasta que cesé en mi actividad por cuenta ajena. Ha sido una reflexión intensa que me ha dado una visión clara de cual ha sido mi trayectoria durante todos estos años”, apunta Castillejo. Ese análisis personal y profesional está en el origen de esta propuesta, en la que hay una palabra clave: resignificación.

“Es volver a significar. Que aquello que tenía una intención, ésta se subordine a otra sin que por ello se pierda la primera en el olvido. La resignificación implica que anteriormente ha tenido otro significado por lo que supone, también, un paso del tiempo, hecho que apuntala la idoneidad de su elección en mi caso. Resignificar interna (resignificarse) y externamente, no supone una nueva interpretación, ni un reseteo, ni un maquillaje, ni una mudanza, sino un fin en sí mismo que se extiende no sólo al arte, también a la sociedad, al lenguaje, a la cultura, la sociedad y la política”, describe.

En ese marco teórico, Castillejo ha recuperado una serie de cuatro esculturas inéditas o casi no mostradas. No ha habido modificación formal ninguna, pero sí se les ha añadido un elemento, que en todos los casos tiene que ver con conceptos como fuerza y destrucción. Son una maza, una palanca, un hacha y un pico. “En mi facultad como artista, considero estas obras como únicas e indivisibles, con sus propios atributos. Las considero obra nueva”.

Así se muestran ahora Saxofoia, Kontrabaxua, Tronboia y Bateria en sitios elegidos también con toda la intención, puesto que además de crear redes se busca “reivindicar la existencia de lugares no institucionales en la ciudad con cierta dificultad de visibilidad y su importancia clave en la cultura alavesa”. Ideas que, desde sus distintas perspectivas y análisis, comparten desde ¶espazioa, Zas Kultur y El Estado del Arte, sedes del proyecto a lo largo de este mes. Ahora es el momento del público, sin que se descarte la idea de hacer visitas guiadas.