Tras un primer aperitivo vivido en el arranque del mes con el Pabellón Universitario como escenario, la octava edición del festival Zurrunbilo ya está en plena cuenta atrás. Entre el viernes y el domingo, centralizará toda su actividad entre las paredes de la sala Baratza con el objetivo, como en el arranque de la iniciativa, de “dedicar tiempo y espacio a la creación escénica contemporánea en euskera”.

En esta octava edición, de todas formas, se está queriendo hacer un especial hincapié en la relación con los nuevos públicos, sobre todo pensando en la gente joven. En buena parte a ello respondió la iniciativa llevada a cabo la semana pasada en el Campus de Álava, donde la creadora gasteiztarra Amaia Bono presentó la pieza Belarriprest. Nire lehen sortzelan euskaraz, para tomar parte después en una mesa redonda con las también artistas alavesas Marina Suárez, Edurne Azkarate y Josune Vélez de Mendizabal, una charla para hablar sobre la ausencia de las nuevas generaciones entre los patios de butacas.

A buen seguro estas cuestiones también van a estar presentes en lo que pasará desde el viernes en Baratza. Su exterior sigue de obras mientras se reforma la zona de Aldabe, aunque en el interior tampoco van a parar de suceder cosas. Para compartir todo lo que acontecerá dentro de la sala, las entradas para todos los espectáculos de Zurrunbilo están disponibles en la web www.salabaratza.com. El paseo anticipada tiene un precio de 10 euros (en taquilla valdrá 12) y el bono para el certamen completo se puede conseguir por 25 euros. Todas las funciones serán a partir de las 20.00 horas.

Maratón escénico

El viernes serán dos las propuestas que servirán para abrir el cartel. La pieza corta Sátiro, un ser que representa los instintos sexuales más crudos, de Xanti Agirrezabala será la encargada de poner en marcha el certamen. A continuación Miren Narbaiza e Itziar Garaluce presentarán Meteo, una mezcla de audiovisuales y música en vivo, que invita a reflexionar sobre qué relación tiene el ser humano con el lugar que habita y el comportamiento de su naturaleza.

El sábado también habrá programa doble, según explican desde Baratza. Así, se podrá ver la obra corta de teatro físico y objetos Igaro de Maren Basterretxea, una invitación a abrir la caja y celebrar el baile de los sueños rotos, de aparcar las cargas. También se podrá ver el espectáculo que mezcla voz, con loop y vídeo proyección Uraren oldea, de Peru Galbete, que habla de memoria, recuerdos, tiempo y de lo que se es o se deja de ser.

Eresia. Lurra arin bekizu, ama de Oier Zuñiga será la encargada de poner fin al festival el domingo. Se trata de un trabajo que aúna danza, canto e interpretación, convirtiendo la acción escénica en un rito colectivo de duelo.