“A mí la verdad es que es algo que me da mucho pudor, lo que pasa es que haciendo el documental Aitor me sentí lo suficientemente cómodo como para aceptar la propuesta. Así que, sí, me da mucho pudor, pero toda vez que dices que sí a algo, hay que tirar para delante”.
Son palabras de Bingen Mendizabal a este periódico días antes de la gala de los Goya de 2021, en la que tanto él como Koldo Uriarte estaban nominados por la música original de Baby, de Juanma Bajo Ulla. Ahora, ese filme, Bidean jarraituz de Aitor López de Aberásturi, está en plena cuenta atrás. Su llegada a los cines está a la vuelta de la esquina.
El próximo 10 de febrero llegará el momento más importante para esta apuesta que empezó a concretarse en 2017. El objetivo era, y es, doble para esta película. Por un lado, retratar a “un hombre sencillo que hace grandes cosas” tanto en la música como en el cine. Por otro, aprovechar su figura para poner en valor la labor de los profesionales vascos que trabajan en ambos campos.
Alrededor de una treintena de voces como las de Karra Elejalde, Bernardo Atxaga, el propio Bajo Ulloa y un largo etcétera han tomado parte en una propuesta producida por López de Aberásturi y Ainhoa Urgoitia –responsables también del guion–, que han contado además con la colaboración del Gobierno Vasco, EiTB, la Diputación Foral de Álava, el Ayuntamiento de Vitoria, Fundación Vital, Fundación Goteo, Zas Kultur y CIFP Mendizabala LHII, sin perder de vista a las 133 personas que tomaron parte en el proceso de micromecenazgo habilitado en su día para poder afrontar parte de la financiación.
El día 10, serán los Florida y los Multicines 7 bilbaínos los lugares que acojan la llegada a las salas de un documental que se empezó a rodar en diciembre de 2017. La primera sesión se produjo en la sala Baratza, donde el equipo se encontró con Elejalde, aunque aquella jornada también se desarrolló parte de la labor en el estudio del ex de Hertzainak y autor de la música original de películas como El juego del ahorcado, La madre muerta, Cosas que hacen que la vida valga la pena y Arriya, entre otras.
Fue la actuación de Bipolar, banda en la que también estuvo Mendizabal, en un local hostelero de Vitoria la que encendió la chispa de esta propuesta. “Allí estaba yo, viendo tocar a un músico de su talla y que tiene en su trayectoria medio centenar de composiciones para películas. Él estaba tocando en un bar y se le veía encantado”, recordaba López de Aberásturi en el inicio de las grabaciones. Ahora, más allá del paréntesis que ha supuesto la pandemia en todo el proceso, el resultado de todo ese trabajo llega a las pantallas.
