A principios de este año que ahora termina, el nuevo proyecto empezó a dar señales de vida con la publicación de Bazatoz?. Ya entonces, Benizze apuntaba que esta primera canción iría acompañada de otras que irían encontrándose con el público poco a poco hasta reunirse en un disco homónimo, un álbum de deep dance y chill que ya es una realidad al completo.

De esta forma, el creador gasteiztarra Beñat Goitia termina por completar el cierre de su anterior propuesta, el grupo Montauk, para centrarse en una aventura en solitario que quiere responder a un mundo que ha cambiado. “No podemos volver a la vida de 2019 como si nada hubiera pasado. Toda una generación está llamando a la puerta, con ganas de todo”.

Bajo este prisma se construye un álbum compuesto por siete temas grabados y mezclados con Jon Aguirrezabalaga en los Estudios El Tigre de Bilbao, mientras que el proceso de masterización ha corrido a cargo de Xabier Eguia. “Electrónica francesa, pinceladas de trap, elegancia alemana y capa de autotune. Momotxorros, pasamontañas, el frontón de Sara, pastel vasco, oro, nueces y champagne. Sabemos de dónde venimos, pero no nos gusta nada a dónde hemos llegado. Hay una necesidad evidente de renovar esto” y ahí está el fundamento de una producción disponible en su versión digital, pero que también tiene su formato físico, contando con la aportación de Kauldi Iriondo y Sofocalo Studios.

“Es el disco de mi vida, un trabajo de autosatisfacción para cubrir sueños y necesidades”, una idea a la que también responden las colaboraciones conseguidas: “la maestría de Ruper Ordorika en Mamuak eta izozkiak; la frescura de J. Martina en Sua; y la elegancia de Gari en Muxu bero bat”.

Así lo están descubriendo quienes desde este final de año se están asomando a un trabajo en euskera en el que Goitia ha trabajado desde la seguridad de saber lo que quería hacer y cómo. A partir de ahora, solo queda llevar la propuesta al directo y ver cómo se desarrolla de cara a futuro. – C.G.