En los dos últimos años ha sido imposible. En 2020 porque ni si quiera hubo Festival de Jazz de Gasteiz. En 2021, porque aunque sí se pudo celebrar el certamen, las restricciones derivadas de la situación sanitaria impidieron que bares y pubs pudieran afrontar casi cualquier iniciativa cultural. Así que toca intentar volver a una situación lo más normal posible.

De hecho, hace doce meses, el certamen notó y mucho la falta de ambiente en las calles, esa atmósfera especial a la que tanto suman, aunque no estén dentro de la programación oficial, los escenarios paralelos de locales ya veteranos en estas lides como el Dublín o el Río. Las tendencias han cambiando a lo largo de los años y ya no hay tanta propuesta de madrugada, pero, en lo fundamental, la idea sigue siendo la misma: acoger diferentes propuestas de jazz o cercanas al género para todos los públicos –o casi– y con carácter gratuito.

Este 2022, además, hay propuestas que vienen con mucho peso, como los tres días consecutivos –entre hoy y el viernes– en los que el contrabajista vitoriano Iosu Izaguirre va a estrenar su nuevo sexteto en el Río. De hecho, cada jornada a las 22.00 horas, el también compositor desgranará las obras que ha realizado a partir de una investigación en torno a la figura de Charles Mingus.

Y no hay que pasar por alto la vigésimo segunda edición del Mini Jazz Café Dublín, que regresa con fuerza tres años después. Los Gilipojazz abren esta tarde, a eso de las 20.30 horas, un cartel que hasta el sábado recibirá a Paradise Phantoms, Buffalo Band y Coca Cola y Mentos, un singular proyecto en el que están implicados Dj Parrucho, Kloy MC e Iñaki Rodríguez.

Con todo, no serán los únicos espacios en los que dejarse llevar hasta el domingo. En el Leniz, que en los últimos años antes de la pandemia se había convertido en un clásico de estas fechas, el siempre imprescindible Extitxu, en La Unión o en el HF –donde no faltará la cita anual de Luko & Royo– se van a sumar a la fiesta. Todos ellos, y más, contribuirán, desde fuera del festival, a que el certamen y la ciudad vibren.