En el marco de la décima edición de Poetas en Mayo, el Principal acogerá el próximo día 28 a las 19.30 horas al cantante Juan Valderrama, que acudirá para compartir con el público Mujeres de Carne y Verso, cita para que quedan entradas disponibles. Los sonidos Cary Rosa Varona (contrabajo y cello), Mercedes Luján (guitarra española y tres cubano), Jéssica Estévez (trompeta y cajón), Isbel Noa (piano) y Madelin Espinosa (percusión) completarán la propuesta.
Aunque el proyecto, como tal, nació en 2018, fue un año después cuando se convirtió en un disco-libro. Luego vino la pandemia y todo se paralizó. ¿Cómo ha vivido estos dos años?
-Es verdad que el gran estreno en Madrid fue el 19 de enero de 2020 y luego llegó la pandemia. Cuando ocurren cosas de este tipo, por un lado, piensas que no tienes derecho a quejarte cuando hay gente que se está muriendo todos los días. Ante eso, resulta obsceno pensar en algo tan mundano como tu economía. Pero claro, por otro, yo soy un artista independiente y este es un proyecto muy ambicioso, lo que te lleva a pasar del pánico a la desdicha, para pasar después a la cólera y a la resignación. Llega un momento en el que dices: mira, será lo que tenga que ser y punto.
¿De dónde nace la chispa de este proyecto?
-Soy un hombre de letras. Escribo versos y canciones desde muy niño. Pero en este caso en concreto, la culpa de todo la tiene Joan Manuel Serrat. Bueno, él y un profesor que tuve en mi adolescencia, que nos enseñaba literatura con canciones de Serrat. Así aprendí a amar la literatura. Además, en 2017 se hizo en Madrid una exposición por el centenario de Gloria Fuertes, a la cual yo creía conocer. Pero en realidad sólo sabía de una parte ínfima de su trayectoria poética. Descubrí que era una gran desconocida para mí y eso me llevó a investigar qué sucedía con la mujer en la poesía. Salvando las distancias cósmicas, me surgió la idea de hacer algo parecido a lo que hizo Serrat. Noté que ahí había una historia que contar. Y además, que la había con respecto a una causa como el feminismo, que es algo, como el ecologismo, en lo que tenemos que estar todos, hombres y mujeres. Era una idea de justicia poética, artística. Investigando llegué a una antología que se llama así realizada por Manuel Francisco Reina, donde vi que había un mundo poético enorme por explorar. Y a eso me puse.
A hacer algo que parece inabarcable.
-Sin duda. Para sacar números, ya tengo una oficina. Pero yo soy artista y me tenía que lanzar a esto sí o sí. Aquí hay una labor que hacer. Si te gusta la literatura, es un dolor descubrir a estas mujeres. Sí, en el caso de los hombres también hay tremendas injusticias, pero es que con las mujeres es algo sangrante.
Recoge a autoras muy diferentes entre sí en cuanto a todo, desde la época en la que vivieron hasta el estilo que tenían. ¿Cómo darle cuerpo común al proyecto?
-Pero es que eso es una ventaja absoluta porque te da la opción de la variedad. No hay nada más aburrido que un disco en el que todo sea igual. El ser entre ellas diferentes te ayuda a no cerrarte a la hora de poner música, no te constriñe en según qué estilos. Yo artísticamente navego por diferentes aguas. Me gusta el bolero, la copla, el flamenco, la canción de autor y más. Convertir versos en canciones es una labor muy difícil y, sobre todo, osada. Un verso ya es una obra artística por sí mismo. No le hace ninguna falta que vengas tú a ponerle una música. Así que hay que ser muy autoexigente y humilde a la hora de hacer algo así. Hay que tener mucha prudencia a la hora de componer, aunque también te digo que ha sido una experiencia maravillosa.
Y luego está llevar todo esto al directo. ¿Qué es lo que se va a encontrar el público el día 28 en el Principal?
-Cuando llegó el momento de grabar el repertorio, pensé que si iba a cantar a mujeres y había musicado a mujeres, estaría bien que tocaran mujeres. Esas mismas músicas que grabaron son las que están en los directos. Han hecho el espectáculo suyo. En el espectáculo, hago de contador de una historia que va trufada de canciones. Pero no es un monólogo. Ellas tienen un papel protagonista. Así que el público se va a encontrar con un espectáculo musical participado, colectivo, que tiene sorpresas, y que cuenta con momento más dramáticos y más cómicos también. Independientemente del género musical que te guste, mi propósito es que asistas a un espectáculo que sea divertido. Pero si además te llevas algún dato que no conocías o lo que ves te abre la puerta de la curiosidad hacia alguna poeta, pues mucho mejor. No se trata de inventar la rueda, sino de divertir a la gente y de poder tocar la tecla de la emoción e incluso de la curiosidad. Eso lo estamos consiguiendo.
Lo que pasa es que a esta primera versión le podrían seguir, no sé, otras cien porque, por desgracia, poetas invisibilizadas hay un sin fin a lo largo de la historia.
-Podría estar toda mi vida haciendo esto. Lo sé. Después del parón hemos estado trabajando muchísimo con este montaje y podría seguir con él, pero no. Yo ya he hecho este camino. Ahora habrá otros artistas que lo sigan si quieren. No es una brecha que he abierto yo. Ni que voy a cerrar. Pero es el momento de otras personas. Eso no significa que no vuelvas en el futuro o que la poesía realizada por mujeres vaya a dejar estar presente en lo que haga a futuro. Pero lo que es en concreto Mujeres de Carne y Verso es esto que estoy haciendo ahora y que cuando termine, nos podremos con otra cosa diferente.