Se estrenó en Teatro Kamikaze con muy buenas críticas a principios de la primavera de 2018. Justo en la de 2019 se hizo con el Max al mejor espectáculo juvenil, aunque en esta categoría también se incluyen las obras infantiles y familiares, algo con lo que el montaje poco tiene que ver en principio. Hoy, a pesar incluso de los cambios de agenda que en los dos últimos años ha traído la pandemia, sigue haciendo camino. Así, dentro de la programación invernal de la Red de Teatros de Gasteiz, Dados
Lo hace, en concreto, al Jesús Ibáñez de Matauco (centro cívico Hegoalde) a partir de las 19.30 horas, espacio donde todavía quedan algunas entradas disponibles, aunque tampoco demasiadas. “Dados es una historia que, a través de la comedia, narra las dificultades de ser adolescente, dificultades que se incrementan si, además de adolescente, eres trans. Muchas de estas trabas no crecen por el cambio de género en sí, sino por sentirse rechazado. Este rechazo se debe en la mayor parte de los casos al desconocimiento absoluto acerca de esta condición y a las fábulas que la rodean. También se le suman la vergüenza y los sentimientos de culpa que les genera la sociedad ante esta situación. X e Y no son una excepción en este viaje, sin embargo, se harán más fuertes a lo largo de esta noche”, como explica Jose Padilla, autor de la pieza y director de la misma.
Como el mismo describe, X “es un hombre adolescente que trabaja en una tienda de cómics y rolX; él tiene un podcast sobre estos temas que lleva anónimamente y graba desde la tienda cuando se queda solo. Un día, tras el cierre, y mientras empieza a grabar una de sus emisiones, entra un tipo que le saca como diez años (curiosamente, se hace llamar Y un cliente que quiere comprar cómics o juegos de rol. Para un regalo. Dice. El encuentro, que al principio es incómodo deriva en una partida de rol, quiere probar el producto antes de comprarlo. Poco a poco, el azar de los dados desvelará un secreto vital para ambos”.
Así “Dados, apuntan desde la productora creada por Verónica Pérez y Cristóbal Suárez con el objetivo de llevar a cabo una forma alternativa de llegar al público juvenil. De hecho, esta pieza -que también cuenta con un material didáctico preparado por la compañía- está recomendada para espectadores a partir de 14 años. Toda una invitación a pensar, conocer y acercarse desde la escena.