El Deportivo Alavés cosechó un punto titánico en la visita del Athletic a Mendizorroza. En un encuentro en el que el Glorioso se vio obligado a realizar un enorme derroche físico, Coudet apostó por únicamente 13 futbolistas para conquistar un empate frente a una de las presas más incómodas del campeonato. Algo poco habitual en el fútbol de élite, dadas las cinco sustituciones permitidas, pero que refleja claramente la ‘mano’ del Chacho en su segunda semana en Vitoria.

El técnico argentino tiene claro que lo que funciona, mejor no tocarlo. Así lo demostró ayer en su estreno en el Paseo de Cervantes, en lo que fue su tercer encuentro como entrenador albiazul. De inicio, no realizó ninguna modificación en el once respecto a la alineación que presentó frente a Osasuna. Una primera señal de que Coudet ha encontrado, al menos por el momento, un bloque que se ajusta a su idea de juego.

En cualquier caso, el Deportivo Alavés tuvo que remar a contracorriente prácticamente desde los primeros compases. El Athletic golpeó primero, concretamente en el minuto 10, cuando Unai Gómez definió a placer en un mano a mano frente a Sivera.

Una de las consignas tácticas de Coudet fue situar a Carlos Martín en posiciones más centradas, pero Diarra no fue capaz de aprovechar el espacio generado en el carril izquierdo. Además, en la primera mitad se evidenció una escasa participación de Guridi, lo que perjudicó a un equipo que tan solo disparó una vez al guardameta rojiblanco. El Deportivo Alavés tampoco se mostró fino en el juego más terrenal y físico. El Athletic, mejor plantado, ganó más duelos en segundas jugadas y se echó en falta una mayor agresividad por parte de los babazorros.

Mejoría tras el descanso

El paso por vestuarios sentó bien al Glorioso. El equipo de Coudet regresó al césped con una marcha más y corrigió varios errores defensivos cometidos anteriormente. Sin gran precisión, pero con mucho empuje, el Alavés comenzó a merodear el área de Simón, aunque sin fortuna en los primeros compases del segundo tiempo.

El ímpetu babazorro obtuvo su recompensa en el minuto 64. Joan Jordán, renacido tras la llegada de Coudet, aprovechó un rechace de Simón en el área pequeña para establecer el empate y convertir Mendizorroza en una auténtica olla a presión.

Una vez logrado lo más complicado, que era precisamente poner las tablas en el marcador, el Deportivo Alavés mostró solidez sobre el terreno de juego y supo contrarrestar la entrada de futbolistas de gran calidad como Sancet y Guruzeta. Sin especular en defensa y con un enorme derroche físico de únicamente 13 futbolistas, los babazorros cultivaron un empate de gran trascendencia en términos clasificatorios.

Pese a que el argentino hizo calentar a prácticamente todo su banquillo, solo Guevara y Stoichkov brindaron oxígeno desde el banquillo en el segundo tiempo. Villalibre fue uno de los hombres que calentó motores en la banda, pero el ariete de Gernika no fue elegido, finalmente, como el sustituto de Kike García, quien terminó el derbi con una brecha en la cabeza. 

Por poner en perspectiva el esfuerzo realizado por los pupilos del Chacho, el Athletic llegaba a Mendizorroza inmerso en una racha de seis victorias consecutivas. Transatlánticos como el Real Madrid y el Villarreal habían mordido el polvo ante los rojiblancos en semanas anteriores, algo que el Alavés no hizo ayer pese a encontrarse en una fase aún embrionaria del modelo de juego que tratará de imponer Coudet.