- La decimosexta edición de Ondas de Jazz llago hoy a su ecuador. Y lo hace con dos magníficas noticias sin necesidad siquiera de escuchar la primera nota. Por un lado, que por fin en este 2022 va a poder vivir una audición con el aforo completo, estando las nuevas entradas a la venta. Por otro, que va a contar con la presencia de la flautista y compositora gallega María Toro, cuyo último trabajo, Fume, salió publicado a finales de 2020.

Como es habitual, el encuentro con el público se va a producir a partir de las 19.00 horas en el Conservatorio Jesús Guridi, donde Toro estará acompañada por Toño Miguel (contrabajo), David Sancho (piano) y Andrés Litwin (batería), colaboradores habituales de una creadora cuyo camino artístico ha caminado y sigue transcurriendo por diferentes países y proyectos.

De hecho, los tres están presentes en un Fume en el que también está presente un Chano Domínguez que hace no tanto abrió una pasada edición de Ondas de Jazz. Como en su caso, en Toro el jazz no habla solo, sino que propone un discurso en el que flamenco aporta, sin perder de vista aquello que define a la autora, la música y las raíces de su Galicia natal. A pesar de los condicionantes de la pandemia y de lo que está suponiendo para poder montar giras y realizar actuaciones, la flautista -que también es pandereteira- está consiguiendo dar mucha vida a un trabajo grabado en Madrid tras el regreso de la artista a este lado del Atlántico después de los años en Estados Unidos y Brasil, donde publicó A contraluz y Ararás.

A buen seguro, esta tarde, como es costumbre en Ondas de Jazz, habrá tiempo y espacio para hablar de todo ello, de conocer de primera mano esas experiencias vitales y profesionales que están sirviendo para dar forma y fondo a la trayectoria de una intérprete y compositora que, como pasa tantas veces y más en el jazz, ha encontrado más eco fuera que en su propio país. Tal vez también se comente algo de esto en una audición que estará protagonizada por la música de un álbum que, como describen desde el ciclo auspiciado por la asociación Jazzargia, es un “disco talentoso y lleno de desparpajo que contiene texturas y acentos flamencos mezclados con sus raíces -su folclore gallego- y el jazz más contemporáneo”.