- Zapatillas, sandalias, botas o zapatos. Sean de una forma o de otra, caminan con paso firme por las páginas. Lo hacen a través de las palabras de Elisa Rueda. Y también de las ilustraciones de Marta Extramiana. Ambas han unido sus sendas creativas en un Nire zapatila jostariak-Mis zapatillas de cordones remolones, que justo estas semanas ya es una realidad palpable para quienes se quieran dejar atrapar por este cuento poético, por un álbum ilustrado que se presenta en la misma edición tanto en euskera como en castellano.
“Que se diviertan, que lo pidan una y otra vez, y, también, que inventen”. Es, como explica Rueda, lo que les gustaría provocar en los lectores y lectoras que se asomen a las páginas del libro, más allá de que de él se pueden hacer varias lecturas en distintos niveles, relacionados con valores como la diversidad y la interculturalidad. “Eso es algo que dejamos en manos de las personas adultas que lean con los niños y las niñas pero es algo que también está presente”, apunta la escritora.
Como bien dice su compañera en esta aventura, “los zapatos dicen mucho de la gente. Son un elemento muy personal” y, en este caso, a ambas les sirven para contar una historia que arranca cuando alguien -pocos nombres aparecen en el relato- se levanta por la mañana para ir a la escuela. Hasta que aparecen los tacones de la profesora -“tienen mucho poderío”- van surgiendo distintos personajes y situaciones a partir de los cuales poder hacer esas otras lecturas mencionadas. En ese relato, eso sí, palabra y dibujo se funden pero también tienen su propia vida. Las primeras, jugando con formas y colores. Los segundos, presentando personajes que no aparecen en el texto, como un grupo de ratones un tanto singulares.
De todas formas, hay cosas que es mejor no explicar demasiado. Quedan en manos de quienes se asomen a un libro que se puede adquirir en Elkar, Astrolibros y Arlekin, así como escribiendo a zapatillasdecordonesremolones@gmail.com. Una obra que, en realidad, estaba terminada para 2019, pero vino la pandemia y, cómo no, todo se paralizó. “Se quedó ahí, ralentizado, como todo en este momento en el que estamos, hasta que vino una chispa y nos pusimos las pilas”, recuerda con una sonrisa Rueda. En ese instante, apostaron por una campaña de micromecenazgo que “afortunadamente” no salió como estaba previsto. Se siguió adelante y el resultado es el que ahora se comparte con el público, un cuento poético con una edición a la altura de la apuesta.
Un proyecto, por cierto, que no iba a ser el primero. Al principio, había otra historia que Rueda -tras ver el trabajo que Extramiana había realizado para un poemario de Mary Zurbano- quería proponer a su compañera de aventura para compartir. Es más, esa otra propuesta no está en el olvido, sino solo a la espera. Así que la colaboración parece que tendrá futuro. “Es muy bonito crear para los niños y las niñas”, para quienes son hoy y mañana, a quienes se les invita a jugar, a dejarse llevar, a imaginar de la mano de esta colección de calzado que parece tener vida propia.
Con este cuento poético se busca que lectores y lectoras “se diviertan, que lo pidan una y otra vez, y, también, que inventen”
La obra estaba terminada para 2019 pero la pandemia obligó a paralizar un proyecto que ahora, por fin, se hace realidad