ás de uno ya pensaba que este momento no iba a llegar. Así que entre el público presente en el Buesa Arena en la primera de las dos jornadas de la despedida de La Polla en su casa, se ha mezclado cierta sensación de alivio, muchas ganas de fiesta, incomodidad por las mascarillas, pasaportes y demás cuestiones relacionadas, y el cansancio por el ajetreo laboral, ya que han sido muchos los espectadores de distintas edades que han ido llegado al recinto en un continuo goteo según han ido saliendo de trabajos y estudios.
Los ha habido que repetirán este sábado. Y los que estuvieron en el BEC de Barakaldo en octubre de 2019. Qué buenos tiempos aquellos en los que un concierto se podía disfrutar sin estar pensando en coronavirus y contagios. Han llegado desde distintos puntos de Álava y Euskal Herria pero también de Burgos, Madrid o Logroño, por ejemplo. Entre algunas conversaciones no han faltado los chistes sobre el frío y la niebla o las críticas al traído y llevado pasaporte covid.
Y se ha cantado. Mucho. Sobre todo, cómo no, con los de Agurain y con El Drogas. Algunas voces estaban más atinadas que otras, pero entusiasmo no ha faltado en ninguna. Al fin y al cabo, gran parte de las personas que han estado tanto en pista como en las gradas del pabellón han crecido y madurado con muchos de los temas interpretados. Sí, la media de edad no era joven, precisamente. Pero quien tenga algún problema con eso, ya sabe dónde está la puerta. Hoy toca repetir.