Escribir no es algo ajeno dentro de la trayectoria vital y creativa de Itziar Rekalde Luzarraga. Pero aunque pueda sorprender teniendo en cuenta su extenso y prolífico camino cultural, ahora afronta otro debut. Su primer libro publicado es ya una realidad. Ancla (La Única Puerta a la Izquierda) está dando los primeros pasos entre los lectores. “Solo pretendo hacer mi viaje y ojalá sea uno compartido para que quien lea estas páginas pueda sentirse reflejado en algunas cuestiones, en cosas que son muy sencillas y universales”, apunta la actriz y narradora.
Será el próximo sábado 13 cuando se presente en la capital alavesa un libro que “está lleno de salitre”. En concreto, el encuentro abierto al público se producirá a las 12.30 horas en el Zapateneo. Será el momento de adentrarse en unas páginas en las que relato y poesía se van dando el relevo para construir un todo en el que el “hilo conductor soy yo, el paisaje que me ha rodeado hasta hoy, también humano”. Así presenta Rekalde una obra que nace de la insistencia del editor Juanje Sanz y del recital Entre tantas que la escritora realizó junto a Isabel Martín en el programa Cita con la Poesía. Preparando esta propuesta, terminó de tomar forma ese viaje desde la infancia hasta hoy que la autora lleva a cabo.
No solo habla de la mujer, tanto de ella como de las otras que han estado presentes en su caminar, pero tienen su peso en una creación que no deja de asemejarse a un desnudo literario, más allá de que, en realidad, “en todo proyecto que afronto, me desnudo. Es verdad que en este caso, yo también me he asombrado, igual porque aquí me he despojado de ese tono más sarcástico que suele tener lo que hago. Igual es la pandemia”, dice con una sonrisa. Lo cierto es que, alejado de “metáforas rimbombantes”, Ancla es una invitación a ir a lo cotidiano para rememorarAncla, sentir, pensar, evocar.
Relatos y poemas.
Los segundos “aparecen como si fueran ecos de los primeros; son como una voz interna, esa huella que queda presente, el poso que permanece”. Recuperando textos que ya estaban escritos con otros que se han ido generando ahora, se sigue más o menos cierto orden cronológico, para comenzar ese viaje del que habla la autora recordando a los abuelos y observando a la casa familiar, al paisaje de las redes de su Bermeo natal, a las miradas a través de la ventana de su habitación, a las mujeres conocidas y encontradas, para “poco a poco ir llegando hasta donde estoy”. Eso en una primera parte (Paisajes íntimos) que da paso a Siete ejercicios para olvidar el dolor, “esos dolores antiguos que tenemos, que al rememorar muchas cosas aparecen”. La guinda viene en forma de códigos QR, cuatro puertas virtuales tras las cuales está la propia voz de Rekalde.
Todo es parte de la creación pero, al mismo tiempo, cada aventura tiene su lenguaje. Por eso, la actriz y narradora es consciente de que en la escritura y en la producción de este libro, las variables han sido diferentes a las acostumbradas. “Cómoda no me siento en nada. Pero sí más segura en lo que controlo, en lo que llevo haciendo más tiempo. Ahí nunca sabes si tu trabajo va a gustar o no, pero sí sabes que dentro de los parámetros del oficio, lo que propones está bien hecho. Y sí, soy lectora de toda la vida, pero tengo muchas dudas sobre los parámetros del lenguaje en el caso de hacer este libro. Siempre hay vértigo, pero en este caso más”.
Aún así, aunque asegure que “nadie está esperando que aporte nada al mundo literario”, la autora tiene claro que quiere seguir publicando. “Voy a escribir más. Tengo cosas ya hechas y quiero continuar, entre otras cosas porque también me gustaría que lo próximo que saliera fuera en euskera”. Es más, hay una palabra que le gusta de manera especial y que quiere que tenga un papel en lo siguiente: marengo, “que quiere decir todo aquel o aquello que tiene relación con el mar”. Todo llegará. Por ahora es Ancla quien está entre las manos del público.
El próximo sábado 13 se producirá en el Zapateneo la presentación de esta obra en la que relato y poesía se van dando la mano
La publicación también incluye algunos códigos QR para que el público pueda dejarse llevar por la voz de la autora