En las cercanías de la Cueva de La Leze, la actividad no para. Irati, el segundo largometraje de Paul Urkijo, se encuentra a mitad de su tercera semana de rodaje después de haber empezado a hacerse realidad en tierras navarras. El realizador gasteiztarra, mientras su cortometraje Dar-Dar sigue cosechando éxitos en festivales internacionales, tiene ante sí el reto de confirmar todas las magníficas sensaciones que sobre su trabajo dejó Errementari, su primera película. El reto no es sencillo, pero el creador tiene argumentos suficientes para superarlo.
El equipo no para. En él muchas caras bien conocidas de esa pequeña pero incansable industria audiovisual alavesa que se viene construyendo estos años. Vestuario, maquillaje, la gente de arte o producción están perfectamente coordinados para seguir construyendo ese gran puzzle que es una película. El frío acompaña. El sol también. Vienen, eso sí, días de lluvia. No importa. Todo suma para dar vida a esta historia protagonizada por Eneko Sagardoy -que en Errementari regaló un impagable diablo-, Edurne Azkarate, Itziar Ituño, Iñigo Aranbarri, Kepa Errasti, Elena Ruiz, Nagore Aranburu e Iñaki Beraetxe, entre otros.
Con un presupuesto de casi 4,3 millones de euros y rodada en euskera, la película llevará al espectador al siglo VIII.
"¡Ensayo!". El grito se repite dos veces. Es mediodía y es necesario aprovechar la luz sobre la cueva de La Leze. "¡Silencio!". Se repite el grito otras dos veces. "¡Acción!" se le escucha decir segundos después a Urkijo. El humo lo ha inundado todo. Se ve si todo está condiciones y toca el momento de rodar.
Con un presupuesto de casi 4,3 millones de euros y rodada en euskera, la película llevará al espectador al siglo VIII. "Un grupo de guerreros cristianos y musulmanes se adentran en los recónditos bosques del pagano Pirineo vascón, para intentar recuperar el magnifico tesoro de Carlomagno, que se encuentra en una profunda cueva donde, según dicen los lugareños, habita la antigua diosa de esas tierras: Una poderosa y terrible deidad de fuego llamada Mari. El grupo de guerreros encabezado por Eneko, un joven noble, y guiados por una enigmática joven de la zona llamada Irati, se adentrarán en un oscuro extraño y ancestral mundo mitológico donde todo lo que tiene nombre existe", reza la sinopsis del filme.
"Siempre he querido hacer una película épica sobre la mitología vasca", dice Urkijo, al que el cansancio se le percibe en la cara, aunque también el ánimo y la seguridad de estar construyendo un largometraje que está generando mucha expectación. Opakua y la selva de Irati ya han recibido a la gran familia de un rodaje que, por ejemplo, contó en la primera semana con la presencia del conocido especialista Ricardo Cruz y su equipo -que ha trabajado, entre muchos otros, con Ridley Scott y Steven Spielberg- o que está haciendo camino gracias a la labor de Nerea Torrijos, ganadora del Goya al mejor diseño de vestuario por Akelarre -del momento de la entrega, Urkijo a buen seguro se acuerda bien-. Aunque sería bueno no olvidar a la numerosa, y anónima, figuración que está trabajando en la producción de Ikusgarri Films, Bainet Teknika y Kilima Media, que tienen el apoyo de EiTB, RTVE, ICAA, el Gobierno Vasco la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria.