hris Brancato, alma mater de la serie Narcos y de su secuela Narcos: México, ha afirmado en una entrevista con Efe que cuando trabaja en una serie lo hace poniendo en marcha “dos cerebros”: el creativo, “que se apasiona y se emociona con la idea”, y otro “que mira por el negocio”.
“Hay que pensar cómo se va a vender tu producto. Vivimos en un momento en el que todo el mundo ya lo ha visto todo así que ¿cómo haces para que el tuyo destaque?”. Guionista de series como Sensación de vivir, Expediente X o Ley y orden antes de convertirse en showrunner (ocupación que en las series engloba los cometidos de creador, guionista, productor ejecutivo y ocasionalmente director), Brancato dio una clase magistral en Madrid, en el marco del festival Iberseries Platino. “Yo hablo desde la perspectiva de alguien que lleva haciendo esto 35 años y necesito meter un punto de vista frío: cómo se va a vender. Son dos cerebros distintos, el creativo, que se apasiona y se emociona con la idea, y el otro mira el negocio: a ver, quién va a querer ver esto, cómo podemos hacer que la gente se interese”, comenta en una entrevista.
Brancato (New Jersey, 1962) intenta desvelar “cómo se hace para que una serie tenga todo lo que necesita desde el punto de vista de la televisión, pero también algo nuevo, fresco”, señala. “Animo a la gente a que estudie la técnica (yo tardé muchos años en convertirme en un buen escritor) y la creatividad, por supuesto, es un don. Estudiar las técnicas puede ayudar a alguien de habilidad creativa limitada, pero si no entiendes las normas de cómo se escribe en televisión, puedes ser superbrillante, que no va a ser bueno”, sentencia.
Asegura que en la preparación de una serie -“da igual quién la produzca”-, tienes que empaparte de la historia que vas a contar, crear los personajes y muy importante, apunta, “valorar su grado de entretenimiento; en el caso de Narcos hice una gran investigación, leyendo todo lo que podía, sobre todo de Escobar y su captura. Luego organizas la información y planeas cómo dividirla en diez episodios, pero fluido, porque tienes que interesar desde el principio y seguir manteniendo el interés”.
Apunta que el trabajo de un showrunner es “rodearse del mejor equipo posible”, lo que incluye otros guionistas, directores, productores, vestuario, diseño de producción; “en fin, dice, todos los que contribuyen al aspecto de la serie”. Esto en el sistema norteamericano, explica, porque no es así en el resto del mundo. “Realmente no existe ese trabajo fuera de EE.UU. y veo que los guionistas internacionales empiezan a preguntarse cuál es la responsabilidad de un showrunner puesto que ellos tienen que compartir tareas con el director y se crean situaciones difíciles”. Y otro asunto importante: “¿Qué hacemos, tener una estrella para una serie o convertir a un buen actor en estrella?”, se pregunta. “Uno puede pensar egoístamente que su guion es tan bueno que cualquier actor que lo interprete llegará al éxito; pero como esto es un negocio, cuando estás vendiendo la serie tener a Tom Cruise o a Forest Whitaker en la serie ayuda a venderla”. Es “show business”, precisa, “el show es la parte del espectáculo de tu creatividad y eso puedes hacerlo tu solo, pero tienes que atender al negocio; por eso, cuando escribo, pienso en un actor que pueda impresionar al que va a comprar la serie”. Y así pasó con Whitaker, cuya sola su presencia en El padrino de Harlem fue suficiente para hacerla. Para Brancato, uno de los resultados positivos de Narcos es que le invitan a hablar en foros como Madrid. De hecho, “me gustan más que Hollywood, veo que aquí la gente es más sofisticada, están más cultivados”.
Rodearse del mejor equipo (guionistas, directores, productores, vestuario, diseño de producción...) es trabajo de un ‘showrunner’