El montaje de Tosca, bajo la dirección de Paco Azorín, cerró ayer la temporada en el Teatro Real. Con un reparto en el que destacaron Sondra Radvanosky, Jonas Kaufman o Carlos Álvarez y bajo la dirección musical de Nicola Luisotti, esta nueva versión del maestro italiano plantea la lucha contra el pensamiento único, globalizado y con una falta de color local. El director de escena sostuvo que “el capitalismo nos va a matar. Los artistas necesitamos espacio para equivocarnos y el capitalismo nos quita tiempo y recursos”.