- La estadounidense Louise Glück ganó ayer el Nobel de Literatura por su “inconfundible” voz poética, caracterizada por una austera belleza y la búsqueda de la claridad, según el fallo de la Academia Sueca. Capaz de “hacer universal la existencia individual”, la obra de la poetisa neoyorquina (1943) destaca por recurrir al tema de la vida familiar y la infancia, por su inteligencia sobria y por el sentido refinado de la composición, que la han convertido en un referente de la lírica estadounidense.

Ya desde su debut en 1968 con Firstborn, el primero de los doce poemarios que ha escrito esta catedrática de inglés en la Universidad de Yale (EEUU), fue aclamada como una de las voces más prometedoras de la literatura contemporánea de su país.

“En sus poemas el yo escucha lo que queda de sus sueños y desilusiones, y nadie puede ser más duro que ella en confrontar las ilusiones del yo”, escribe en la motivación del premio el presidente del Comité Nobel de Literatura, Anders Olsson.

Inspirada por la mitología y otros motivos clásicos, Glück busca lo universal sin ocultar lo doloroso y prescindiendo de ornamento poético, según el jurado.

Louise Glück es también una poeta del cambio radical y del renacer, como queda de manifiesto en The Wild Iris (El salvaje iris, 1992), que le valió el premio Pulitzer, cuando ya había adquirido reconocimiento en el extranjero por libros como The triumph of Achilles (El triunfo de Aquiles, 1985) y Ararat (1990).

La Academia Sueca resalta también que en su último poemario, Faithful and Virtuous Night (2014), con el que ganó el National Book Award, encara el motivo de la muerte con “gracia notable y ligereza” a través de una lírica onírica y narrativa.

Una autora poco conocida por el gran público pero muy apreciada en el mundo literario, algo reflejado en los numerosos premios que atesora -que incluyen el Premio Bollingen o el de Poeta Laureada de EEUU- y en el reconocimiento de sus colegas.

La periodista y escritora argentina Leila Guerriero destacó en 2016 a Efe la forma de narrar de poetas como Idea Vilariño o Louise Glück, quienes “con poco, poco, poco, hacen mucho, mucho, mucho”.

Con su obra de una veintena de títulos -con una aplastante mayoría de poemarios y de ensayos sobre poesía- Glück se ha convertido en la decimosexta mujer que gana el Nobel de Literatura, que ha distinguido a 117 autores en más de un siglo de historia.

De esas 16 mujeres, 7 lo han recibido en los 20 años que han transcurrido del siglo XXI: Elfriede Jelinek (2004), Doris Lessing (2007), Herta Müller (2009), Alice Munro (2013); Svetlana Alexievich (2015); Olga Tokarczuk (2018)y este año Glück.

Mientras que en todo el siglo XX -los primeros Nobel se entregaron en 1901- solo lo consiguieron 9 mujeres: Wislawa Szymborska (1996), Toni Morrison (1993), Nadine Gordimer (1991), Nelly Sachs (1966), Gabriela Mistral (1945), Pear S. Buck (1938), Sigrid Undset (1928), Grazia Deledda (1926) y Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf (1909). Glück no era uno de los nombres que más sonaba en las quinielas previas al fallo, en la que destacaban el keniano Ngugi Wa Thiong’o, la guadalupeña Maryse Condé, la rusa Liudmila Ulítskaya, la estadounidense Margaret Atwood y la canadiense Anne Carson, de entre los 187 nominados, cifra que era lo único que se conocía con seguridad. Su elección supone volver a premiar a un poeta 9 años después del sueco Tomas Tranströmer y consolida el dominio de los autores occidentales (más del 80% del total) y de lengua inglesa, con 30 galardonados frente a los 14 de francesa y alemana y los 11 de lengua española.

Pese a las restricciones impuestas por el coronavirus, que provocará también que la ceremonia de entrega en diciembre sea en formato reducido, el anuncio de este año en la antigua Bolsa de Estocolmo supuso un regreso al formato habitual tras la excepción de 2019. La Academia Sueca optó entonces por repartir dos galardones, uno para el austríaco Peter Handke, correspondiente a ese año, y otro a la polaca Olga Tokarczuk, por el Nobel aplazado en 2018 debido al escándalo sexual y de filtraciones que colocó a la institución en la mayor crisis de su historia. Al igual que el resto de premios Nobel, el de Literatura está dotado este año con 10 millones de coronas suecas (950.000 euros).

Una poesía “riquísima”, de apariencia sencilla pero, en realidad, trascendente y de horizontes complejos es la de Louise Glück, según su editor en español, que apostó hace más de 15 años por esta escritora. Manuel Borrás, director editorial de Pre-Textos, que ha publicado siete poemarios de la poeta estadounidense, el más reciente hace cinco meses, destacó ayer a Efe el “amplio registro” de Glück, en quien la editorial ha puesto “fe” todos estos años aún cuando, reconoció Borrás, en el mejor de los casos han vendido 200 ejemplares de alguna de sus siete obras publicadas en español.

La nueva galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2020 es una buena poeta para empezar a leer poesía, considera el traductor de una de sus obras Mariano Peyrou, que subraya el carácter intimista de los versos de la autora norteamericana. “Todo el material que usa lo busca en sí misma”, explicó ayer a Efe Peyrou, también poeta, que tradujo su poemario Vita Nova al español: lo que sucede a su alrededor aparece siempre en relación con su vida interior, señaló.