Vitoria - No hay que engañarse. Desde que hace un año se supo que Wilco estarían en el Azkena Rock Festival hubo unos cuantos habituales a Mendizabala que decidieron en ese mismo instante que éste no iba a ser su concierto. Los del imprescindible Jeff Tweedy y John Stirratt son de esos grupos que nunca dejan indiferente: atrapan y encantan a muchos, pero también causan rechazo y algún que otro bostezo en otros. Por suerte para los primeros, los segundos lo tenían ayer muy claro y antes de que la actuación comenzase a las diez menos cuarto decidieron o mirar al escenario desde la lejanía y la comodidad del césped o irse a otras partes del recinto.

Aunque los norteamericanos han anunciado que en septiembre habrá nuevo disco y que va a sonar diferente a lo que han hecho hasta ahora, lo cierto es que en la capital alavesa -en su única fecha en el Estado dentro de su actual y selecta gira europea- los de Chicago fueron más que fieles a una propuesta que no responde a etiquetas. Hace ya tiempo que Tweedy, un creador que está a años luz de muchos de sus contemporáneos, no hace ni toca americana, ni folk, ni country alternativo, ni indie rock... ni todos los apellidos que se suelen buscar cuando se habla tanto de su camino en solitario como de su grupo.

Ese sello propio y característico, esa forma de entender la música en los fondos y en las formas, es lo que se desplegó en toda su plenitud sobre el escenario grande de Mendizabala, justo frente a las tablas donde en 2005, Wilco actuó por primera vez en el ARF. Han pasado 14 años y se notan los cambios físicos, pero el sonido de los de Chicago sigue manteniendo ese poso de calidad, calidez, finura y cierto riesgo calculado que les acompaña, la base perfecta para unas letras que saben ser comprometidas, íntimas, cercanas e incluso en algún caso ligeras.

La noche, además, acompañó y Wilco supo leer el formato en el que se encontraba, diferente a otros recitales que está dando en su actual gira, donde no hay precisamente mucho festival al aire libre. Terminado el concierto, quienes estaban por la labor y los que ya sabían que aquello no iba con ellos volvieron a juntarse. Eso sí, ojalá a Tweedy no le cueste tanto volver.