sevilla - La escritora colombiana Ángela Becerra ha resultado ganadora de la XXIV edición del Premio de Novela Fernando Lara, dotado con 120.000 euros, que se ha falló el viernes en el transcurso de una gala celebrada en el Alcázar de Sevilla.
Algún día hoy es el título de la novela ganadora que, según explicó la propia autora nada más saber que había resultado ganadora, es un “canto épico a la liberación de las mujeres”.
La novela cuenta la historia de una joven hilandera colombiana que en 1920 dirigió el primer movimiento activo de Latinoamérica por la libertad de las mujeres.
personaje histórico Betsabé Espinal es el personaje histórico que protagoniza la novela ganadora, una joven de 23 años de extracción social humildísima, hija natural de una trabajadora que fue violentada y acabó sus días en un manicomio, víctima de enfermedades agravadas por la desnutrición. La joven Betsabé tuvo que abrirse paso en la vida trabajando en régimen de esclavitud en una de las fábricas textiles que, en Medellín, reclutaban la mano de obra entre jóvenes y niñas ante la escasez de mano de obra masculina que provocó en Colombia la Guerra de los Mil Días.
Becerra, en conferencia de prensa posterior a la entrega del premio, explicó que aquellas niñas eran aleccionadas para el trabajo en unos patronatos que funcionaban en torno a las fábricas, y que las jóvenes tenían que acudir a trabajar descalzas para no ensuciar las instalaciones.
También se les obligaba a jornadas interminables, para lo cual se manipulaban los relojes de las salas de producción, que eran sistemáticamente retrasados para obligarlas a permanecer más horas en sus puestos de trabajo. No se les permitía ir a los aseos para hacer sus necesidades mientras trabajaban y, cuando lo hacían, eran observadas por unas mirillas, además de que los capataces las obligaban a mantener relaciones sexuales, fruto de las cuales muchas de ellas quedaban embarazadas. Contra ese régimen de explotación se rebeló Betsabé Espinal que sin proponérselo, acabó liderando esta protesta el día que se subió a un taburete desde el que arengó a sus compañeras para seguir adelante con la huelga en demanda de mejoras laborales. - Efe