Barcelona - Paco Ibáñez celebra los 50 años de su mítico concierto en el Olympia con una gira que empezará en París y viajará por España y Latinoamérica, y con la que el artista recupera los rescoldos de mayo del 68 para ofrecer un poco de calor a “estos tiempo de desorientación, ultraderecha y vacío cultural”.

El músico, de 84 años, ha recordado aquel histórico recital del 2 de diciembre de 1969 como un momento mágico impregnado del espíritu de mayo del 68, “aquella gran rebelión con la que una juventud que vivía encorsetada abrió las puertas de su propia libertad, con una propuesta maravillosa, que lamentablemente fue ahogada pocos años después”. Aquel diciembre de 1969 la llama de la revolución todavía ardía y la había encendido “una sociedad pensante, llena de vitalidad, de fuerza y de entusiasmo”, todo lo contrario de lo que ocurre hoy en día, según el cantante, “una época en la que la masa, la que cuenta para que las cosas lleguen a buen puerto, está adormilada y ausente: ha desertado”. Ibáñez cree que “aquel momento de celebración de la rebelión de la juventud francesa que se extendió al mundo entero poco a poco fue perdiendo las hojas y al final se quedó sin ramas”. “Ahora estamos observando un árbol seco”, y de aquel espíritu del mayo del 68 “solo queda el recuerdo en manos de una minoría”, lamenta quien ha sido la voz de los poetas de la resistencia durante más de medio siglo.

Sin embargo, el músico no ha tirado ni piensa tirar la toalla. Sigue en la misma lucha, a pesar de los pesares, porque, como reza el dicho popular y Paco Ibáñez repite: “no está muerto quien pelea”. “En tiempos de ignominia como ahora/ a escala planetaria y cuando la crueldad/ se extiende por doquier fría y robotizada/ aún queda buena gente en este mundo/ que escucha una canción o lee un poema”, son los versos de José Agustín Goytisolo que Ibáñez recita para insuflar esperanza a su público y a sí mismo.

El primero de estos conciertos en los que Paco Ibáñez y su público abrirán una ventana que conecta 2019 con 1969 será el 24 de enero en el Casino de París, el mismo teatro en el que con Rafael Alberti ofreció el concierto A galopar, en 1992.

Los días 28 y 29 de enero, el espíritu del mayo francés llegará al Teatro Nuevo Apolo de Madrid y el 1 de febrero al Palau de la Música de Barcelona, ciudad en la que vive.

Después, Ibáñez volverá a Francia, país en el que vivió exiliado durante su juventud, antes de viajar a su Valencia natal, al País Vasco donde transcurrió su infancia y a Cádiz, ciudad a la que llegará en mayo y donde ya ha vendido casi todas las entradas. “Es tristísimo lo que ha pasado en Andalucía con la irrupción del fascismo de Vox, pero la memoria cultural no ha desaparecido todavía y el teatro estará lleno”, augura.

“El momento que vivimos es triste porque es la constatación del fracaso: el fracaso de las izquierdas y el fracaso de una sociedad que se ha olvidado de sí misma. La masa no quiere pensar, pero no todo el mundo ha caído en el pozo, por eso hay que ser baturro y luchar hasta el final, y si hay que pedir peras al olmo, pues se piden”. - Efe