matera - La ciudad italiana de Matera se vistió ayer de fiesta para inaugurar su año como Capital Europea de la Cultura, una ocasión con la que pretende olvidar su pasado de miseria y hablar de futuro a Europa desde su extremo sur.

La urbe, que comparte la capitalidad con la búlgara Plovdiv, se llenó de bandas de música locales y europeas, como la de Escuela de Música de San Sebastián, ciudad española que ya ostentó esta distinción en 2016. El ritmo y la creatividad, así como numerosas banderas europeas, tomaron el lugar, tanto su zona moderna como el barrio de los Sassi (piedras), el más antiguo y un auténtico laberinto de calles y edificios de roca calcárea excavado en las pendientes de un cañón. Al atardecer, como antaño, miles de velas y antorchas alumbraron sus callejuelas mientras una luna se alzaba frente a su majestuosa catedral del siglo XIII y se entonaba el Himno de la Alegría.

La ciudad, en la región de Basilicata y con 60.000 habitantes, es testigo de excepción del paso del tiempo, pues su territorio ha sido habitado ininterrumpidamente durante ocho milenios y así lo demuestran sus extraordinarias grutas del Paleolítico, sus iglesias rupestres o sus edificaciones y campanarios del Alto Medievo. Su sugestivo panorama evoca inevitablemente a las más antiguas urbes del Mediterráneo, como Jerusalén, tanto que sirvió de escenario para afamadas películas como El Evangelio según San Mateo (1964), de Pier Paolo Pasolini, o La Pasión de Cristo (2004), de Mel Gibson. Pero Matera no siempre gozó del prestigio con el que cuenta ahora, ya que hasta hace poco era conocida por la vida paupérrima de sus moradores, labriegos analfabetos que ocupaban los recovecos de los Sassi, sucumbiendo muchos a la enfermedad y a una alta mortandad. Ahora Matera vive un momento de esplendor y con este ímpetu quiere hablar a Europa desde el remoto sur sobre el valor de la acogida: “Matera puede representar el alma de la Europa meridional, un lugar donde las culturas mediterráneas hallaron un alto punto de síntesis”, apunta el regidor. Durante su capitalidad, Matera ofrecerá un amplio programa de actividades y muestras costeado con 48 millones de euros dirigido a analizar el pasado, presente y futuro de la ciudad y Europa, explica el director del evento Paolo Verri.

Se articulará en cuatro grandes exposiciones sobre temas como la arqueología rupestre, las matemáticas de Pitágoras, el fenómeno de la inmigración en el Mediterráneo o una visión meridional de la Unión Europea. Precisamente, como no podría ser de otra manera, Matera respirará europeísmo y pondrá el acento en el valor de la acogida y en la apertura de confines y de mente: “La fuerza de Europa reside en el intercambio continuo de ideas”, opina Verri. - Efe