Vitoria - A principios del pasado mes de noviembre, los responsables del Lapuebla Rock Fest terminaron por certificar que a pesar de lo sucedido en junio de 2018, no tenían ninguna intención de tirar la toalla. Es verdad que la segunda edición del certamen de Lapuebla de Labarca no pudo llevarse a cabo por las condiciones climatológicas, pero también que el evento quiso hacer en septiembre una fiesta gratuita para intentar, en lo posible, resarcirse y plantear su continuidad. Dicho y hecho, eso sí, con un cambio importante de fechas puesto que en 2019 el encuentro con el público se producirá, como ya publicó este periódico, el 26 y 27 de julio.

Es evidente que nadie puede asegurar un tiempo en condiciones y que no deja de suponer cierto riesgo plantear el certamen en plena época vacacional, aunque será la propia experiencia de este año la que le diga a la promotora riojana Pámpano Café y Eventos si ha dado en el clavo con este cambio. Todo sea, de todas formas, por no tener que volver a suspender el festival después de todo lo que supone tanto para la organización, los grupos, la localidad de Rioja Alavesa y, sobre todo, el público, al fin y al cabo, el gran protagonista.

Hasta ayer por la tarde, el primer argumento de peso que tenía el certamen sobre la mesa para reclamar la atención de los asistentes era Gatillazo, aunque a los alaveses se les acaban de sumar otros dos reclamos. Por un lado, el de Koma, que tras su regreso después de seis años de silencio, están demostrando encontrarse en un estado de forma magnífico. Sin duda, su presencia en el Lapuebla Rock desplazará a no pocas personas. Junto a unos y a otros estarán también EtsiakEroak, es decir, Auo Etsaiak y su último proyecto. Todo ello en un evento que desde ayer tiene sus abonos a la venta por 30 euros.