Amurrio - La ilustradora de Amurrio (1973), lleva más de 10 años sumergida en el mundo de la ilustración, tras estudiar diseño gráfico no fue hasta el año 2008 cuando se dio cuenta de que ese no era el camino que quería seguir, dejó su trabajo centrado en el diseño gráfico, y apostó de lleno por la ilustración, lo que le ha valido para hacerse con el Premio Euskadi a la mejor ilustración.
¿Cuándo surgió su interés por la ilustración?
-En 2008 hice un posgrado de ilustración especialización en publicaciones infantiles en Barcelona, y fue donde descubrí el tema de la ilustración y los álbumes, y me enganchó. Cuando acabé la universidad me llamaba la atención, pero en esa época no se usaba la ilustración dentro del diseño gráfico. Por eso hasta el 2008 no me metí de lleno. Cuando acabé la universidad hice la especialidad de diseño gráfico, y empecé a trabajar en un estudio. Allí se usaba bastante la ilustración, y hice varios trabajos al respecto. El diseño gráfico lo dejé porque veía que no me llenaba.
¿Qué es para usted la ilustración?
-Es muy complicado. Como definición teórica diría que es iluminar, porque surgió para acompañar los textos. Para mí es una forma de expresión artística que se aplica a los más pragmático. Así como el arte se queda en la nebulosa, y parece que es más intocable, la ilustración lo pone más a un nivel popular. Yo lo veo desde esa perspectiva.
¿Cuáles son su fuente de inspiración o referentes?
-Han cambiado mucho a lo largo de mi trayectoria, porque he ido evolucionando en gustos y estética. A pesar de ello, hay muchos: hay uno que me ha influido mucho que es Isidro Ferrer, que es el grande de los grandes. Últimamente Elena Odriozola está haciendo un enorme trabajo, y también Cisneros. También me gustaría destacar a Elisa Arguile me parece una grandísima y está un poco desaparecida. Miro mucho el trabajo de ilustradores orientales, porque me gusta cómo enfocan ellos su visión personal.
Entonces, ¿eso ha repercutido en su estilo? ¿Ha habido una evolución en su estilo al igual que en referentes?
-Totalmente. Si no hay evolución estás enquistado y no hay mejora. Hoy en día valoro otras cosas, es algo natural. Vivimos de la creatividad, y para eso hay que ir evolucionando y cambiando. Yo veo mis primeros trabajos, y comparando con los dos últimos veo un cambio a mejor. Me siento muy orgullosa de La Pequeña Roque, creo que ha sido mi mejor trabajo. Para mí ha sido un reto ilustrar una historia tan oscura, además, he podido introducir cosas que he ido aprendiendo por el camino.
¿Cuál es el proceso?
-Es muy importante documentarte acerca del tema que estás llevando a cabo. Por eso, en mi último trabajo -La pequeña Roque- tuve que documentarme acerca de la época y también visité obras de pintores que me podían dar ideas como por ejemplo Rousseau, todo lo que me pueda valer para inspirarme. También es importante decidir el estilo gráfico que quieres plasmar, así como la técnica. Miro mucho qué tipo de emoción me transmite una técnica y la intento plasmar. Por ejemplo, emplear lápiz o grafito en blanco y negro pegaba mucho con la pequeña roque. Imagen de añejo, imágenes fantasmagóricas? pero a la vez elegante. La historia es cruda pero yo he intentado transmitir algo más elegante, la crudeza ya lo dice el texto. A mí me interesaba reflejar la belleza, la parte onírica de la historia. Por eso es importante que las emociones que quiero transmitir guíen la técnica que voy a emplear en cada trabajo. Además, para llegar a este punto me sirvió inspirarme en las películas de los Cohen. La historia me recordó a ellos desde un principio, y utilicé los recursos que usan ellos. A veces son crueles pero te muestran escenas bellas, planos picado, perspectivas diferentes...es lo que me dio la chispa para arrancar.
¿Cuál es la importancia de una ilustración?
-Es importante entender que la ilustración no queda relegada al texto, no está por debajo de él. Soy una narradora visual, y tenemos la misma voz que un escritor. Hasta ahora hemos sido secundarios, no aparecía ni siquiera el nombre del ilustrador en la portada del libro, ahora se está teniendo más en cuenta nuestra labor. Somos un saco de estímulos; es importante mirar en emociones, sentimientos, y reflejarlos.