Ni en Euskadi ni en el Estado hay otro director/a que haya conseguido la misma cantidad de Goyas y nominaciones por su trabajo de dirección de largometrajes de animación que la alavesa Maite Ruiz de Austri. Aunque la última película en la que ha participado como productora ejecutiva -dirigida por el joven talento bilbaíno Aitor Azpe- la Bola dorada, no fue nominada en esta edición, la guionista y directora alavesa cuenta en su haber con dos Goyas y seis nominaciones. Muy feliz por el triunfo del cine vasco a través de Handia, Ruiz de Austri tiene la impresión de que “en la gala de los Goyas hubo mucho postureo. El mundo del cine demandaba más mujeres, pero los datos dejaban al descubierto la dura realidad. De los 150 nominados solo había 30 mujeres; hablamos del 20%. Creo que hay que ponerse en serio a trabajar por la presencia de las mujeres en el cine y en su visibilización. Lo interesante sería que se pusieran más medios para ello”, reconoce.
De hecho, los cuatro presentadores eran varones y en el equipo de guionistas no aparecía el nombre de ninguna mujer. “Al final lo que fue el núcleo duro de la gala era un equipo masculino. No tengo nada en contra de su profesionalidad, me parece estupendo, pero que no se lance el mensaje de que fueron los Goya más feministas porque es incierto”, sostiene Ruiz de Austri. “Daba la impresión de que los Goya se subían a un carro que no estaba pensado para eso al coincidir un momento en el que se habla de falta de visibilidad de las mujeres en las distintas profesiones”.
El currículum artístico de Ruiz de Austri es de vértigo. Durante más de 25 años sido la única mujer en el Estado que ha dirigido largometrajes de animación -este año se ha incorporado otra mujer a este selecto club pero siguen siendo dos- . Maite Ruiz de Austri también ha producido una larga lista de películas, series y programas de televisión que han sido premiados en todo el mundo. Además, es guionista y directora de series de televisión, documentales tanto de animación como de ficción.
Maite Ruiz de Austri fue también una de la socias fundadoras de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA) que se creó para “darle un empujón al papel de la mujer en el cine, sobre todo en trabajos de responsabilidad, más allá de los de siempre. Apostábamos por sacar a la mujer de los roles en los que estaba/está encasillada y dirigirla también hacia la dirección, la producción. Es cierto que cada vez hay más féminas en estas áreas, pero queda muchísimo camino por recorrer. Estamos dando pasos importantes, pero falta una infinidad”.
contar historias Como directora y guionista de largometrajes de animación, Maite firma títulos como El extraordinario viaje de Lucios Dumb, “los derechos humanos tu mejor instrumento”; el Tesoro del Rey Midas, todas ellas nominadas a los Goyas y Animal Channel (Goya 2009), la leyenda del Unicornio (Goya 2002), Qué vecinos tan animales (Goya 1999), El regreso del viento del norte (Goya 1994).
A Maite Ruiz de Austri siempre le gustó contar historias. Empezó escribiendo, “de hecho soy guionista y a lo primero que me dediqué fue a realizar documentales. Su primera incursión en el audiovisual fueron programas didácticos, educativos y también documentales. “Luego pasé a la animación porque es un mundo que me interesa muchísimo”, relata, al tiempo que explica que su primera opción de trabajo fue ser profesora. “Ejercí poco tiempo y no he vuelto a las aulas, pero sí hice profesorado de EGB. Soy maestra”, dice sonriente.
Ruiz de Austri ha retornado a Gasteiz después de un periplo por distintas capitales del Estado y europeas. “Empezar no fue nada fácil. Tuve que moverme y hacer trabajos fuera. Esto nunca ha sido fácil. Además, tampoco está mal experimentar y aprender de otros entornos, porque es muy complicado vivir del cine; hay que buscar financiación para llevar a cabo los proyectos; los artistas están bastante maltratados”, añade Maite.
Considera que se tendría que incentivar más la cultura, ya que genera puestos de trabajo, “yo pediría que se pague por consumir la cultura. También en esto tenemos que ser solidarios ya que es la única manera de que el cine sea una actividad sostenible. En cada uno de los proyectos se gastan mucho dinero y energía para un buen sonido para las salas de cine. Escuchar una película en condiciones no tiene nada que ver con ver una peli en una chicharrilla del ordenador. Vale la pena ver los films en condiciones y no bajártelas de internet”, dice molesta.
“Si lo raro sería tomarte una consumición en un bar y marcharte sin pagar, la gente tendría que pararse a pensar y darse cuenta de que detrás de una película hay equipos muy grandes de personas y que hay un montón de gente que vive y trabaja de eso. ¿Entonces por qué no se consume cultura como es debido?” , se pregunta Ruiz de Austri.
incentivos Si se comparan los incentivos que tienen otros países de nuestro entorno para la cultura audiovisual lo cierto es que los artistas tendrían que ponerse a llorar y no parar. En Francia hay una bolsa de 700 millones de euros, mientras que en el Estado se ha rebajado en los últimos años y se sitúa actualmente en los 30 millones. “Ahora mismo, tal y como está la nueva legislación, son los grandes proyectos los que acaparan las ayudas. Y para poner en pie un proyecto grande todo tiene que tener dimensiones enormes; hay que contar con una TV potente detrás y esto es muy difícil. Como complicado es dar la oportunidad a nuevos directores que por primera vez salen adelante y que normalmente empiezan con proyectos más pequeños. Cada vez está peor apostar por cosas novedosas”, subraya la directora vasca.
Porque, como reconoce Maite Ruiz de Austri, todo lo que es nuevo, no solo el director o directora, sino en el equipo o el tema o cómo se trata es un riesgo. “Y cada vez es más complicado arriesgar cuando las ayudas son más pequeñas”. Esto es lo que le preocupa, que lo verdaderamente nuevo, lo que es más imaginativo, que la creatividad tenga cada vez más problemas para expresarse, porque “cada vez se va más a lo seguro y los proyectos los definen las televisiones que participan, no solo los productores. Sí, me preocupa la deriva que esta tomando esto; cada vez lo nuevo lo tiene más difícil”, apostilla.
Ruiz de Austri se muestra satisfecha porque su séptima película en la que ha intervenido como productora, La bola dorada, que al igual que todos sus films se puede ver en euskera, ha sido premio Especial del Jurado en el Calcutta International Cult Film Festival en la categoría de películas de cine infantil y familiar. Realizada con actores y equipo técnico español, es una comedia que reflexiona sobre la exclusión escolar y que ya se puede ver en la gran pantalla.
De su filmografía en general se destaca que las protagonistas de sus películas tengan papeles libres, de líderes y que tuvieran curiosidad por correr aventuras; son cosas por las que siempre he apostado”, explica.
Antes de ponerse a trabajar en su próximo proyecto, a la directora le queda un largo periplo por los centros escolares vascos y del Estado, ya que sus películas fomentan “los valores entre los chicos y chicas. Tenemos guías didácticas para que se trabaje el alumnado en temas como la exclusión del diferente, liderazgo de las mujeres, contra la violencia de género, etc”.