madrid - El Dadaísmo nos enseñó que colocar un objeto fuera de su entorno habitual despertaba el desconcierto de los que lo contemplaban. Y eso sucede en Intensamente azules, un libro del dramaturgo Juan Mayorga, ilustrado por Daniel Montero, que está en camino de convertirse en obra teatral.

Cuando Mayorga se colocó unas gafas de natación graduadas después de que se le rompieran sus lentes, no pensó en la “humillación” que sentían sus hijos cuando en el supermercado todo el mundo se le quedaba mirando. Una historia con “origen biográfico” que ha volcado en este libro editado por La Uña Rota. “Se puede decir que es una ficción autobiográfica porque la anécdota de partida me ocurrió y no hace mucho. Y de algún modo, todo lo que pasa ahí en el relato tiene que ver conmigo con experiencias propias”, cuenta a Efe este dramaturgo madrileño (1965).

Todo comenzó cuando la pasada Semana Santa se le rompieron las gafas y se dio cuenta de que sus gafas de natación eran graduadas. “Estábamos en un pueblo y en la óptica me dijeron que hasta después del domingo de resurrección no iban a poder reparar los cristales, así que decidí utilizar las gafas de nadar para escándalo de mis hijos porque se sentían humillados cada vez que entraba en un supermercado. La gente se creía que yo quería provocar, cuando lo único que intentaba era no romperme la crisma”, cuenta. “De ahí surge” este texto, “brillantemente” narrado gráficamente por Montero, según califica, en el que unas gafas de natación son el motivo de la “catarata de asociaciones” que generan los órdenes y desórdenes de las situaciones que vive el personaje, su familia, su entorno. - Pilar Martín