“Es nuestra mascota”, sonríe Gorka Bravo. No en vano, está en el nombre del grupo, Kolme Katu, pero también en el título de su primer disco, puesto que Palug hace referencia a un felino de la mitología galesa que luchó contra el rey Arturo. Eso sin olvidar el diseño de la portada del CD, claro. “Un gato puede ser un bicho feroz pero también estar dormido y dar la impresión de que el mundo está en calma. Nunca sabes qué va a pasar cuando un gato despierta”, un modo de ser que el cuarteto gasteiztarra -en el que también están Xabier Martinez Otxagabia, Pablo Bueno y Iñaki Alarcia- comparte.
Mitzi, Kuartango y Berserker in love son algunas de las once las canciones que componen este álbum de presentación de una formación que, eso sí, está compuesta por intérpretes ya conocidos y experimentados. Hace un par de años que el germen del grupo vitoriano apareció para concretarse en lo que es hoy, en una apuesta por “seguir caminos diferentes”, según Bravo. “Lo que buscamos es sorprender con este tipo de música. Cuando hablas de folk parece que está todo muy encasillado y nosotros no seguimos esos cánones. Si la gente se lleva el disco a casa, se lo pone y acaba sorprendida, objetivo cumplido”.
De hecho, esas sensaciones se las encontraron a principios de mes en el concierto de presentación del álbum, una cita que tuvo como marco la quinta edición del festival solidario Aitzina Folk. “Vino mucha gente y todo se desarrolló muy bien”, también las ventas puesto que el disco sólo se puede conseguir de momento en los directos. “La versión digital ya llegará pero siendo nuestro primer trabajo queríamos algo físico, que pudiéramos tocar y notar”, describe el intérprete.
Grabado la pasada primavera en la Escuela de Folk de Gasteiz, el disco cuenta con la colaboración de Irene Urrutia Martín al acordeón. “Alguna canción se ha quedado fuera pero porque así nos ha parecido que quedaba más redondo”, dice Bravo sobre una propuesta que, al fin y al cabo, es el reflejo de las distintas aportaciones que hacen al sonido de la banda cada uno de sus cuatro componentes: “cada uno venimos de un sector de la música y nos encontramos en un punto medio que es imposible de especificar. Por ejemplo, Xabi tiene un master en tango. Pablo viene del rock... Así que de la idea que tenemos en la cabeza cuando llegamos a los ensayos a lo que sale después cambian muchas cosas”.
Ahora, eso sí, es el turno de los directos, conciertos como el del otro día en el Aitzina y como el que la formación ofrecerá el próximo sábado 16 en el Big Ben. “Vamos ir poco a poco. Creemos que el proyecto es bueno y que hay cómo trabajarlo. Pero mejor ir paso a paso. Hemos hecho la presentación, hemos visto que la aceptación del disco ha sido buena, vamos a ir moviéndolo, también intentando salir fuera de Álava y ya veremos hasta dónde se pueda llegar”, explica Bravo, quien añade que “cuando nace un grupo de música, su función es tocar y que la gente lo disfrute; está bien tocar para ti pero hacerlo para los demás es más satisfactorio”.