Vitoria - El pasado 6 de octubre arrancó la cuadragésimo segunda edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz, un certamen que este fin de semana llega a un dulce, aunque también reflexivo, final de la mano de la compañía gasteiztarra Paraíso. En el marco del ciclo para bebés, el grupo de Abetxuko estrena su última producción hoy y mañana, aunque quien no tenga ya su entrada en la mano tendrá que esperar a una próxima oportunidad para adentrarse en la fábrica de chocolate que ahora se ha instalado en el escenario del Federico García Lorca. Xocolat -que en breve se verá también en Irlanda y que tendrá su versión para espectadores de 3 a 5 años- se pone de largo.
Sobre las tablas todo está blanco e impoluto. Una operaria trabaja cada día siguiendo la misma perfecta, limpia y recta fórmula para hacer tabletas de chocolate. Nada se mancha, nada se tuerce, todo está como debe. Un día, eso sí, llega a la empresa una aprendiz con una visión un tanto diferente de la vida. “Tiene una mirada curiosa y se pregunta si no se pueden hacer las cosas de otra manera distinta a la que está dictada” describe la actriz Maitane Goñi, quien, en este montaje dirigido por Ramón Molins, está acompañada frente al público por Rosa A. García. “Termina por arrastrarla al placer de jugar, de descubrir, de curiosear” y, por supuesto, de mancharse.
“En este mundo que vivimos tan aséptico, en el que parece que un día nos van a gobernar los robots y las máquinas impolutas y perfectas, nos parece que esto de mancharse es una anécdota, que los pequeños lo hacen porque son imperfectos. Sin embargo, es algo que el ser humano ha hecho desde que está aquí”, apunta Pilar López, coordinadora de la compañía Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. De hecho, alerta de que saltarse los comportamientos que son propios de cada etapa del crecimiento está derivando ya en problemas en niños de 7 a 10 años. “Cada cosa tiene su tiempo y su momento, y esto es muy importante respetarlo” porque curiosear -sea con el chocolate o lo que sea-, jugar, probar, manipular... es imprescindible.
De hecho, en algunos de los ensayos con público previos al estreno de este fin de semana, García reconoce que le ha sorprendido encontrarse a pequeños espectadores que les han dicho al ver las escenas: eso no se hace. En el marco de KunArte, Paraíso ya ha realizado talleres con chocolate que la actriz conoce a la perfección, aunque en este caso “queremos que los espectadores estén sentados para que sientan el placer de ver y compartan la emoción del espectador”, más allá de que al final de la obra haya alguna sorpresa participativa.
Para llegar aquí, eso sí, en el camino se han hecho muchas pruebas con el material protagonista del montaje, no sólo para ver las posibilidades de manipulación, sino también de limpieza, traslado... “Hemos probado de todo”, sonríe García, quien desde la experiencia de giras internacionales anteriores, apunta que cuando Xocolat llegue a otros países “las emociones serán parecidas; cuando nacemos, todos somos niños”.