dONOSTIA - Serena y elegante. Así recibió ayer Monica Bellucci el Premio Donostia, de manos del actor y presidente del Jurado John Malkovich. “Es para mí un honor recibir este premio de un festival que respeto mucho” declaró en la ceremonia de entrega, que por primera vez en la historia del Zinemaldia se celebró en el Velódromo de Anoeta. Tras la entrega del tercer Premio Donostia de esta 65 edición, un abarrotado Velódromo pudo disfrutar de la proyección de las dos películas elegidas por la propia actriz para la ocasión: Malena, de Giuseppe Tornatore, y Under suspicion, de Stephen Hopkins.

Bellucci atendió a los medios de comunicación en una rueda de prensa previa a la gala de entrega del galardón, en la que aseguró que siente verdadera pasión por su trabajo, porque como actriz puede conocer diferentes culturas y ante todo, “vivir una experiencia humana”. Reconoció que, recibir un premio así después de 25 años de carrera, no es solo una fuente para alimentar el ego, sino también una cuestión de amor. “Me encanta mi trabajo como actriz, sigo teniendo la misma pasión y quiero seguir aprendiendo”, aseguró. La intérprete italiana, que nunca ha pensado en dirigir, cree que como actriz tiene todavía “mucho que dar”.

Monica Bellucci expresó que su trabajo como actriz le proporciona una herramienta para comunicarse, y que la interpretación le brinda la oportunidad de conocerse mejor a mí misma. En una concurrida rueda de prensa, reconoció que le resulta muy difícil elegir un solo título de su filmografía, porque cada uno de ellos le ha ofrecido distintas posibilidades de crecer como profesional. Bromeó, además, afirmando que no sabía exactamente cuando tuvo conciencia de haberse convertido en una estrella. “Solo hay una persona en la vida que te puede hacer sentir una estrella: tu madre. Si no te hace sentir así, no te sentirás una estrella nunca, aunque lo seas”, indicó.

La actriz italiana afirmó asimismo que no dudaría en retroceder en el tiempo, que volvería a sus aciertos y errores, y destacó películas importantes de su carrera, como Malena, Matrix o La Pasión de Cristo. Asimismo, reconoció que otras películas no han llegado tan lejos, pero que han supuesto igualmente “experiencias maravillosas” en su carrera.

Recordó con especial cariño Malena, de Giuseppe Tornatore. 5 meses de rodaje en Sicilia que la catapultaron a la fama y le permitieron viajar por todo el mundo, y participar en innumerables proyectos. Bellucci, que definió la película como romántica y violenta, sostuvo se había dado cuenta de que existía una dualidad entre poesía y violencia en su trabajo, “aunque desconozca el motivo; quizás lo sepa en otra vida”, ironizó.

La actriz recordó que hay un refrán italiano que reza “Ten cuidado con lo que sueñas, porque igual se cumple”, pero que en su caso fue para bien, porque junto con el deseo hecho realidad de trabajar con Tornatore, le siguieron otros proyectos, como la saga Matrix, de las hermanas Wachowski, o la última cinta de Emir Kusturica, On the milky road, al que la actriz admira mucho.

Preguntada por la dureza del rodaje de Irreversible, el controvertido título de Gaspar Noe, en el que el personaje de Alex, encarnado por Bellucci, sufre una violación por parte de un desconocido, reconoció que “toda mujer puede imaginar lo que supone una situación así, pero que el cine es una representación de la realidad”. Añadió, asimismo, que Irreversible es también una película sobre el amor, y que la elección de ciertos papeles responden a la intuición. En este sentido, trajo a colación una frase de la actriz francesa Isabelle Huppert, que dice que dentro de cada actriz “hay princesas que están durmiendo, y depende del papel que encarnemos se despierta una u otra”.

Belluci afirmó que, si bien fue un escándalo en su día, Irreversible es hoy una película de culto que los jóvenes estudian en la universidad. “Es increíble porque cuando haces una película no sabes qué ocurrirá después”, aseguró.

contra la desigualdad Respecto a si su físico ha condicionado su carrera encasillándola como sex symbol, Monica Bellucci respondió que la belleza dura cinco minutos, y que si detrás de esa fachada no hay nada, nada va a suceder. “Tengo casi 53 años y sigo trabajando, así que espero que no se trate solo de mi belleza”, sentenció.

La intérprete italiana se refirió también a las actrices de más de 50 y de la “hermosísima evolución” que se ha producido con los años, que ha permitido que muchas actrices con carreras “increíbles”, como Julianne Moore y Judi Dench, puedan seguir trabajando.

En cuanto a la desigualdad en los salarios entre actrices y actores, Bellucci consideró que es algo que ocurre en todas las profesiones y que lograr esa igualdad forma parte de la lucha que deben continuar las mujeres. Bellucci reconoció que ha luchado toda su vida por ser independiente, y que las mujeres tienen que aprender a ser independientes económica y mentalmente. “Creo que es más fácil lo primero y mucho más difícil hacerlo dentro de nuestra mente”, añadió, aunque también manifestó que sentía que las generaciones de mujeres de la actualidad “se respetan más a sí mismas”.

La actriz dejó caer que uno de sus próximos proyectos podría ser un film sobre su compatriota Sonia Gandhi, viuda del ex primer ministro indio Rajiv Gandhi.