bilbao - Algunos le denominan el “Rembrandt de la era del videoarte”. Posiblemente, si el pintor holandés del siglo XVII hubiera vivido en la actualidad, habría usado las herramientas que tendría disponibles en este momento porque, según está convencido Bill Viola, una cámara de vídeo puede tener tanta espiritualidad como un pincel.
El videoartista estadounidense protagoniza una de las citas artísticas más interesantes del panorama europeo. El Guggenheim Bilbao muestra una retrospectiva con 27 de sus obras realizadas a lo largo de su carrera, desde Cuatro canciones, creada en 1976, hasta Nacimiento invertido, de 2014. Un recorrido en el que se puede apreciar una evolución técnica y artística; pero la exposición también aporta una completa visión de su trayectoria en la que su contenido poético aborda cuestiones como el tiempo, la relación del hombre con la naturaleza y la vida humana. Cuestiones que nunca ha dejado de preguntarse y que le han acompañado durante toda su vida.
A sus 66 años, Bill Viola es uno de los referentes más notables y pioneros en el desarrollo del videoarte. Su obra está en la colección de prestigiosos museos como el Metropolitan Museo de Nueva York, la National Gallery de Londres o el Guggenheim de Nueva York. En esta entrevista realizada con la colaboración de su esposa y colaboradora, Kira Perov, el genio del videoarte nos habla de su cautivador universo artístico, que provoca una fascinación en el espectador, que inevitablemente, captura toda su atención.
No es la primera vez que expone en el Guggenheim Bilbao. En 2004, el museo mostró cuatro de sus obras y ahora podemos ver la evolución de su trabajo durante más de cuarenta años. Las tecnologías han cambiado pero no sus preocupaciones: los procesos de transformación en la vida, el tiempo ...
-Sí, los temas que he explorado en los últimos cuarenta años se han desarrollado a partir de exploraciones sobre la manipulación del tiempo y el espacio, y experimentos que cuestionan nuestra conciencia humana, a temas más amplios y más universales como el nacimiento, vida, muerte y renacimiento. En esta exposición en el Guggenheim Bilbao, hay un resumen de los temas a los que me he enfrentado, de lo que he estado realizando todos estos años. No hay respuestas, pero he pasado toda una vida trabajando en las preguntas.
Cuando era niño, durante unas vacaciones en la montaña, casi se ahogó en un lago. La obsesión por el agua ha sido siempre recurrente en su trabajo.
-He utilizado el agua en muchas obras. Es un símbolo de vida (líquido amniótico), de purificación (bautismo), de muerte (ahogamiento) y de transformación (reflexión y disolución). Es una de las fuerzas de la naturaleza que es incontrolable, y puede infligir violencia, así como curar a través de la limpieza.
En la pieza ‘Heaven and Earth’ (Cielo y Tierra), contrasta la muerte de su madre y el nacimiento de su hijo. ¿Qué importancia tiene la muerte y el nacimiento en sus creaciones?
-En 1991, mi madre falleció después de permanecer durante tres meses en coma. Nueve meses más tarde, nació nuestro hijo pequeño. El hecho de encontrarme cara a cara con la muerte y la vida de esa manera era difícil de ignorar en mi arte, así que hice tres obras que incluían, por primera vez, el mundo de mi familia, The passing (1991), Nantes Triptych (1992), y Cielo y Tierra (1992). Todas estas piezas miran el nacimiento y la muerte directamente, no hay metáforas. Todo el mundo ha tenido experiencias de ambos estados.
En 1970, cuando era estudiante de arte, cogió por primera vez una cámara de vídeo.
-Me sorprendió la inmediatez del vídeo, el hecho de que se podía ver una imagen en el monitor o el proyector y no era necesario grabarla. O si lo grababas, se podía reproducir de inmediato. También se puede grabar sonido al mismo tiempo. Y por supuesto, lo más importante, estaba trabajando con la imagen en movimiento, y con el tiempo.
En aquel tiempo, los cineastas convencionales pensaron que eran “idiotas” y que el vídeo no perduraría, que era una técnica pasajera.
-El vídeo en ese momento producía una señal con baja resolución y difícil de editar. Los cineastas no entendían que era un medio soportado por la electricidad, y por una señal electrónica, y por eso, el potencial era infinito, lo cual se ha demostrado hoy en día que es así.
En todo caso, no había referencias sobre cómo usar el vídeo. En su caso, ¿cuáles fueron sus influencias?
-Por supuesto Nam June Paik fue muy influyente para mí, él me enseñó que no hay límites con el vídeo. Otros artistas como Peter Campus y Bruce Nauman también ayudaron a desarrollar el medio con sus instalaciones y vídeos. Pero en última instancia, mis maestros fueron los textos místicos que leía, desde el sufismo, el budismo y el cristianismo.
Una de sus obras, ‘The greeting’ (El saludo) está basada en una pintura manierista de Pontormo, ‘Visitación’, y usted también tiene influencias del Renacimiento. ¿Qué fue lo que le inspiraron estas épocas?
-En 2000-2002 creé una serie de obras tituladas Las pasiones. Era un tiempo en que había estado mirando el arte del Renacimiento y me inspiré en su humanismo. Visité los frescos italianos de Giotto y Signorelli y vi los cambios que habían tenido lugar para lograr la armonía de la composición y el color, que es típico de las pinturas renacentistas. Pero también vi la emoción. Y eso es lo yo que quería expresar en mis trabajos de vídeo. A veces fue a través de la forma en la que llegué a mi trabajo y otras, solo desde las emociones.
Algunas personas ya han definido su trabajo como pintura en movimiento. ¿Está de acuerdo?
-En primer lugar, me considero un artista. Utilizo mis habilidades para crear una composición que funcione para mi idea, añadiendo capas de color y sombras, y rellenando mi lienzo con un tema. En mi paleta, sin embargo, también tengo movimiento en el tiempo. Entonces la idea, o la emoción, pueden desarrollarse. También he hecho trabajos coleccionando imágenes, paisajes o paisajes urbanos.
Cuando está trabajando en un proyecto, ¿qué viene primero: la tecnología o el concepto? ¿Piensa en imágenes?
-A menudo mi inspiración viene de mis lecturas. A veces veo una visión de una imagen y todo se vuelve claro en un corto espacio de tiempo. También en ocasiones los nuevos equipos me han inspirado alguna pieza. Cuando se dispuso de pantallas planas, por ejemplo, pude crear retratos íntimos de personas que parecían fotografías en movimiento.
Ha comentado en reiteradas ocasiones que “las cámaras son guardianes del alma”. ¿Podría explicarlo?
-Este medio guarda la vida. La grabación de una persona es capturada en un momento concreto y si se cuida de ella, ese momento puede durar mucho tiempo, incluyendo las emociones. La grabación mantiene viva a esa persona.
Sus obras están impregnadas de una gran espiritualidad. ¿Qué papel juega la religión en su trabajo?
-Mis obras no son religiosas. Estoy interesado en encontrar y expresar la vida interior del mundo que me rodea.
Está casado y trabaja con Kira Perov. ¿Qué papel juega en su vida y en su trabajo?
-Kira ha sido mi socia y colaboradora. Viajamos juntos en muchos proyectos y ella ha estado conmigo en casi todas las producciones de mis piezas desde 1979. Poco a poco, ha ido asumiendo un papel más relevante en las producciones, a medida que estas han ido creciendo, cuidando todos los detalles. Ella también me aporta ideas creativas, organiza las exposiciones, edita o supervisa todas las publicaciones, y acumula ya un gran archivo fotográfico de todos nuestros proyectos.
“En mi trabajo, me interesa encontrar y expresar el mundo interior que nos rodea”
“En 1991 falleció mi madre y meses más tarde, nació mi hijo; me encontré cara a cara con la muerte y la vida ”
“Me considero ante todo artista; en mi paleta, sin embargo, tengo movimiento en el tiempo”
Innovador. Bill Viola (Nueva York, 1951) comenzó a utilizar el vídeo con finalidades artísticas, junto con otros artistas, a mediados de los años sesenta y consiguió desarrollar el nuevo medio de expresión a principios de los años 70. Reconocido internacionalmente como un innovador y un clásico, Viola ha sido fundamental en el establecimiento del vídeo como una forma vital del arte contemporáneo.Hasta el 9 de noviembre. La muestra ofrece 27 obras realizadas a lo largo de su carrera, desde ‘Cuatro estaciones’, creada en sus inicios en 1976, hasta ‘Nacimiento invertido”, de 2014, que permiten observar la evolución tanto técnica, desde el monocanal al multicanal en alta definición, como artística de su carrera. Esta gran retrospectiva permanecerá abierta al público hasta el 9 de noviembre.