todos somos Barcelona fue uno de los lemas recurrentes tras los últimos atentados yihadistas. David Bowie también lo es, como confirman las más de 80.000 personas que han visitado la enciclopédica exposición que la capital catalana ofrece sobre este mito de la música popular, de la persona y su obra, con más de 300 objetos del autor de Heroes y Life on Mars?. La muestra, que incluye trajes, artículos de moda, fotos, películas, vídeos, escenografías e instrumentos, permanecerá abierta hasta el 25 de este mes.

Solo restan 21 días para visitar David Bowie is, una muestra impulsada por el Victoria and Albert Museum de Londres (V&A), y ya convertida en una de las más exitosas de la historia del museo británico. Tras ser vista por un millón y medio de personas en una decena de ciudades de diferentes continentes (de Berlín a Melbourne, Sao Paulo o Tokio), se ha convertido en una de las exposiciones internacionales más visitadas en el Estado español, tras ser vista por más de 80.000 personas desde el 25 de mayo.

Unas 800 personas diarias, la mayoría seguidoras acérrimas de Bowie, están disfrutando de esta cita en Barcelona con uno de los artistas más influyentes del último siglo. La música de The Jean Geanie te recibe en el Museu del Disseny barcelonés, que despliega ante la mirada atónita del fan nada menos que 300 objetos que repasan todo el universo artístico y personal de Bowie: letras de canciones manuscritas, trajes originales, artículos de moda, fotografías, películas, vídeos musicales, escenografías, instrumentos del propio Bowie y portadas de álbumes. Y cada una con su nota explicativa correspondiente.

La muestra, de carácter cronológico, refleja el mundo personal y artístico de alguien que usó múltiples influencias creativas (se advierte el rastro de D. H. Lawrence, Mishima, William S. Burroughs, John Cage, J. G. Ballard, McLuhan, Lindsay Kemp...) para utilizarlas como catalizadoras de un arte que acabó influyendo a las generaciones posteriores: músicos, pintores, diseñadores...

“Todo arte es inestable... no existe una voz autorizada, solo múltiples lecturas”. Esta declaración de Bowie aparece en la muestra, que se abre con una cita de Homero: “Cuando la moda de la música cambia, las paredes de la ciudad se estremecen”. Y eso es lo que hizo Bowie desde su más tierna edad, cuando vivía en Stansfield Road (calle londinense cuyo letrero aparece en la exposición) y empezó a asomar la cabeza con King Bees, London Boys o The Kon-Rads.

El viaje cronológico se inicia con su niñez y adolescencia -fotos infantiles y de mimo, el acetato del primer disco de la Velvet que le regaló Lou Reed, el single Lazy Janes, citas de 2001, una odisea en el espacio...-, hasta su éxito con Space Oddity y el inicio de la leyenda. La muestra ofrece varias letras manuscritas: Oh You Pretty Things, Heroes, Five Years, Starman...

trajes y conciertos David Bowie is echa el resto en su etapa más creativa, la de la década de los años 70, con guiños puntuales a los 80 y a sus últimas giras. Los objetos resultan incontables en su etapa de Ziggy Stardust y la de Berlín. Siempre vanguardista, resaltan las notas de la escenografía de sus giras, sus cuadros sobre Iggy Pop, sus decenas de trajes (de conejo, mimo, Pierrot, diseños elegantes de los 40, militares, hippys, discotequeteros...); sus fotos promocionales inéditas; y objetos personales como las llaves de su apartamento en Berlín, el sintetizador que le regaló Brian Eno o el fax de felicitación de Elvis Presley tras un concierto.

La exposición, que cerrará el día 25 y ofrece entradas desde 15 euros, refleja también la importancia que tuvo la imagen en el mundo de Bowie. Un cine rescata sus intervenciones en películas y en la obra teatral El hombre elefante, otro espacio proyecta sus vídeos de manera ininturrumpida y al final, tras pasar por una especie de altar con portadas de sus discos (los de Tin Machine incluidos), una sala escupe en sus paredes (completas o fragmentadas) imágenes de sus conciertos, mostrando el carisma de un artista que hizo de cada aspecto de su vida todo un espectáculo.