Donostia - La 65 edición del Festival de Cine de San Sebastián acogerá este año 14 producciones vascas, dos de ellas en Sección Oficial, Morir, de Fernando Franco, y Handia, de Aitor Arregi y Jon Garaño, que supone la vuelta de un filme en euskera a la competición donostiarra.
El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, ha destacado la “variedad y calidad” del cine vasco, que cuenta con un “nivel sorprendente de producción para una filmografía pequeña” y ha destacado que algunos trabajos comienzan a tener reconocimiento en festivales internacionales.
La historia de Joaquin Eleizegi, el gigante de Altzo que asombró al mundo en el siglo XIX con su 2,42 metros de estatura, centra Handia, de Jon Garaño y Aitor Arregi. Morir, en la que Ricardo Franco se sumerge en las dificultades de una relación de pareja en su convivencia con la enfermedad, es el segundo filme que opta al máximo galardón del festival.
Ambas aspiran al Premio Irizar al Cine Vasco junto con tres trabajos incluidos en Zinemira, la sección dedicada exclusivamente al cine vasco que este año otorgará su premio a la montadora Julia Juaniz.
zinemira Entre las producciones que compiten por el Premio Irizar figura Non, el debut en la ficción de los vascofranceses Eñaut Castegnet y Ximun Fuchs, que narra la lucha de una comunidad de un pequeño pueblo en Francia cuando cierra su empresa, y Bi txirula, también la primera incursión en el género del arquitecto Iñigo García.
Optan a ese galardón Elkarrekin-Together, en la que Pablo Iraburu, Migueltxo Molina e Igor Otxoa siguen una expedición de arqueólogos a la búsqueda del rastro de balleneros vascos.
Zinemira proyectará además, fuera de concurso, Converso, de David Arratibel, y la última película dirigida por el pionero de la animación vasca Juanba Berasategi, Nur eta herensugearen tenplua.
También competirá por el premio Operación Concha, la comedia de Antoni Cuadri que tiene el propio festival donostiarra como escenario de las peripecias de personajes a los que dan vida Karra Elejalde, Jordi Mollá, Unax Ugalde o Ramón Agirre, y el documental Volar de Bertha Gaztelumendi. - Efe