madrid - Rafael Tena, compositor a quien el juez Ismael Moreno imputa delitos de corrupción en los negocios, estafa y pertenencia a organización criminal por participar presuntamente en la trama de la rueda, considera que es “deleznable” cobrar por “cambiar una nota a Mozart”. En un comunicado, el músico, en libertad tras pagar una fianza de 100.000 euros, ha expresado que “jamás” ni él, ni los autores con los que trabaja, ni las editoriales que representa, han cobrado “un euro usando obras de dominio público”. “Tengo en mi poder la prueba de las renuncias a la remuneración de cualquier cantidad de dominio público mediante correos electrónicos y escritos, con el sello de entrada en SGAE desde el año 2011 al día de hoy, que presentaré al juez”, ha añadido.

El hermano del fallecido cantante Manolo Tena aparece junto a Manuel Carrasco y Fernando Bermúdez (los tres socios de la SGAE) en el auto del juez sobre el fraude en el cobro de derechos de autor de piezas musicales emitidas en televisión en la práctica conocida como La rueda (que podría ascender a “al menos” 100 millones de euros en el periodo de 2006 a 2011). En este sentido, Tena ha afirmado que como “administrador y editor musical de televisiones y radios” ha logrado los contratos “de manera lícita gracias a años de experiencia en la industria musical”. Una actividad que califica de “totalmente legal y ajustada a derecho”. Respecto a la cantidad de seis millones de euros que, según el auto ha cobrado su empresa Detenta Producciones SL en los últimos años, Tena ha aclarado que ese dinero “nunca” ha sido suyo “en su totalidad” y que se “ha abonado cumpliendo los contratos establecidos con cada medio de televisión o radio”.

“El beneficio de mi empresa sobre esas cantidades -ha detallado- oscila entre el 7 % y el 15 % en concepto de administración y gestión y así se declaró en Hacienda”. Según el comunicado, esta empresa cuenta con la colaboración de “más de 50 autores” y un catálogo de “más de 15.000 obras” que están firmadas en “coautoría” entre los músicos que trabajan (incluyéndose él) creando “fondos musicales” para su uso en publicidad, radio, conciertos, programas de pop, de jazz, rock o música para ambientación de vídeos y programas de televisión”. - Efe