Vitoria - Fue en 2012 cuando el Bellas Artes de Álava dedicó una importante exposición a la figura y obra del pintor vitoriano Pablo Uranga, de quien el museo guarda obras en sus fondos desde la década de los años 60 del siglo pasado. A esa colección se suman ahora tres nuevas pinturas gracias a la donación realizada por Elena Uranga, nieta del creador fallecido en Donostia en 1934, piezas (una de ellas mediante una reproducción) que desde ayer se pueden ver en el espacio del paseo Fray Francisco.

De hecho, los visitantes del museo alavés podrán contemplar El bohemio de Elgeta. Autorretrato, Mi familia y El prendimiento del General Liniers (la pintura de la que no se muestra el original todavía) hasta el próximo 17 de septiembre. La donación de las tres obras (que no contempla condiciones ni restricciones de uso) fue aprobada de manera oficial por el Consejo de Gobierno de la Diputación Foral de Álava el pasado 27 de septiembre, valorándose las creaciones por un montante total de 47.000 euros.

Quienes recuerden la exposición de 2012 tendrán en mente que el autorretrato que se muestra ahora de nuevo fue la portada del catálogo que se hizo en aquella ocasión. Tanto este cuadro como Mi familia están en perfecto estado por lo que no ha sido realizar ninguna intervención antes de mostrarlas al público. Sin embargo, con El prendimiento del General Liniers se ha optado por enseñar una reproducción fotográfica. No es que el original esté en muy mal estado pero ha permanecido enrollado durante un tiempo y es necesario el cambio de bastidor y la intervención en algunas grietas, algo que está acometiendo el Servicio Foral de Restauración.

Este último cuadro es especialmente importante para el Bellas Artes de Álava por dos razones. La primera porque no se ha podido ver en muchas ocasiones, más bien al contrario. Es casi una pieza inédita que se presentó en la Exposición Internacional de Buenos Aires de 1910. La segunda porque dentro de los fondos que se guardan de Uranga hasta ahora no había ningún ejemplo de pintura histórica de gran formato, un hueco que, gracias a esta donación, está cubierto.

Así lo relataron ayer en el Bellas Artes la diputada de Euskera, Cultura y Deportes, Igone Martínez de Luna, la técnico responsable del museo, Sara González de Aspuru, y la propia nieta del pintor vitoriano, Elena María Uranga Azpiri. Cabe recordar que su abuelo es una referencia importante dentro de la Escuela Vasca de Pintura. Formado en la Academia de Dibujo de Vitoria, y en las academias de Bellas Artes de Jerez de la Frontera y San Fernando de Madrid, hacia 1889 se trasladó a París, donde vivió años de trabajo y bohemia con artistas como Ignacio Zuloaga, Paco Durrio, Darío de Regoyos o Santiago Rusiñol. Después se trasladó a Elgeta, aunque no paró de viajar y realizar proyectos, como el que, junto a Zuloaga, le llevó a Estados Unidos y Cuba.