donostia - Miquel Navarro se inició en el arte con el dibujo y la pintura, pero pronto le atrajo la escultura y acabó haciendo de sus famosas ciudades “del orden y del caos” su “leitmotiv” creativo. Algunas de ellas se exhibirán desde hoy y hasta el 21 de mayo en la Sala Kubo de San Sebastián.
Bajo el título Miquel Navarro. Arqueologías imaginarias, los espacios de la sala de exposiciones del Kursaal presentan tres de sus grandes urbes, realizadas en distintas épocas: una pieza inédita de gran tamaño, Placón, además de pequeñas esculturas, trabajos experimentales y cuadernos de viaje que emplea como soportes para la reflexión.
Es la primera vez que este artista, nacido en Mislata (Valencia) en 1945, muestra en la capital guipuzcoana esas construcciones metafóricas compuestas de cientos de piezas, que se adaptan al espacio expositivo y resultan representaciones únicas.
crudo, sin “literatura” Navarro ejerció ayer de guía en la presentación a los medios de la muestra junto a la comisaria Dolores Durán, aunque advirtió de que no le gusta “desnudar” su obra porque cree que el arte “tiene que expresarse por sí mismo”, sin necesidad de recurrir “a la literatura”.
Los recuerdos y vivencias de su infancia son claves en la concepción de su obra, también en las piezas más pequeñas de los comienzos, donde entre las figuras humanas y los símbolos fálicos aparecen también chimeneas de viejas fábricas y elementos arquitectónicos que remiten al paisaje que veía de pequeño, cuando viajaba desde su pueblo a Valencia. Se remonta a su niñez el uso de la arcilla, material que sigue utilizando en sus ciudades, cuyos edificios se erigen también en hierro, acero y aluminio.
Se exponen igualmente dibujos de distintas épocas, entre ellos dos captados de modelos al natural en movimiento. - Efe