Vitoria - Los nombres se acumulan. El primero, el de Wajdi Mouawad, dramaturgo e intérprete de origen libanés y residencia canadiense al que no pocos críticos consideran el nuevo rey de la tragedia. A principios de este siglo hizo realidad Incendies, un texto que ha sido llevado tanto a la escena en diferentes países como al cine (nominación al Oscar incluida en este último caso). El segundo es el de Mario Gas, director de la versión (Incendios) producida por Ysarca junto a La Abadía. El tercero es el de Nuria Espert, actriz que no necesita de presentaciones y que da vida a esa mujer que, en plena guerra, fue violada y humillada, aunque al final de su vida reclama la dignidad que nunca perdió. Y no habría que olvidar a Ramón Barea, por supuesto. O al resto de componentes de un reparto (Álex García, Carlota Olcina, Alberto Iglesias, Laia Marull, Edu Soto y Lucía Barrado) que a lo largo de tres horas de función (con descanso) da vida a una veintena de personajes.
La cuadragésimo primera edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz está encaminando su recta final, tramo que hoy y mañana lleva hasta el Principal uno de los pocos montajes que este año va a estar más de una jornada. En ambas jornadas, la cita con el público será a las 20.30 horas, quedando todavía entradas a la venta en ambos casos.
Estrenada el pasado septiembre, la obra es una tragedia moderna que arranca tras el fallecimiento de una mujer, una madre que deja a sus hijos gemelos dos cartas, misivas que van a desembocar en un relato escénico en el que se mezclan historias, momentos vitales y personajes en diferentes épocas de su camino. Se construye así un retrato del ser humano y de aquello a lo que le cuesta tanto enfrentarse. - DNA