madrid - “Podemos ni existía” cuando La Oreja de Van Gogh (LOVG) lanzó su último álbum de estudio hace ya 5 años, un plazo que no inquieta a esta banda donostiarra que parece no entender ni de prisas ni de “leyes de marketing”, amparados frente a las injerencias por la vitola de grupo español de mayor éxito comercial de este siglo. “Vender tantos discos es lo que nos ha dado auténtica libertad para hacer lo que queremos, como si es meter un trombón en una canción. Son los grandes presupuestos los que de verdad acompañan a la libertad creativa, en contra de los tópicos que rodean a las multinacionales”, declaró ayer Xabi San Martín, junto a Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Haritz Garde y Leire Martínez.
Mañana publican El planeta imaginario (Sony Music), séptimo disco de estudio de una carrera que ha alcanzado ya los 20 años de duración y que toma el relevo a Cometas por el cielo (2011) y a dos álbumes grabados en vivo en Latinoamérica: Cometas por el cielo - En directo desde América (2012) y Primera fila (2013). “Después de muchos años con mucha presencia en España y solo algunos momentos para viajar a Latinoamérica, nos tocaba darle la vuelta a la situación y saldar la deuda con los fans de allí. Así nos han echado de menos aquí en España y volvemos con las pilas cargadas y completamente renovados”, afirma Fuentes.
Año y medio han tardado en elaborar este trabajo integrado por doce canciones o, como les gusta decir, doce “historias”, huyendo “de los temas de rellenos” y sin presiones. “Cada vez nos cuesta más escribir una canción porque cada vez somos más exigentes con ellas”, reconoce Benegas. Pese a los más de 8 millones de copias vendidas en todo el mundo de sus discos (más de 3 en España), consideran que no están libres del olvido. “A lo único que te puedes agarrar es a hacer lo que te emociona, que a nosotros nos ha llevado a vender millones de discos o a lanzar sencillos sin pena ni gloria”, dicen al respecto. Para presentar El planeta imaginario, título que alude a ese universo propio en el que se internan cada vez que se juntan, LOVG escogió esta vez Verano, un corte reposado que remite a Coldplay “en su mezcla de guitarras y electrónica” y que, según ellos, es el que “mejor representa el disco”. Se trata, no obstante, de un “álbum poliédrico y heterogéneo”, con cortes “de aire más roquero” como Diciembre, fórmulas inéditas como la del dúo en Tan guapa, un “capricho” en el que San Martín canta por primera vez junto a Martínez en primer plano, o Camino de tu corazón, un tema “más actual en su sonido”, con cierto aire caribeño. En ella evocan a los muchos españoles emigrados que se han encontrado a su paso por Latinoamérica, una muestra de la dimensión social de los nuevos temas, que también llaman la atención sobre el “gravísimo problema” de la violencia doméstica, “con casi 60 muertes al año”, o el Alzheimer, “un problema sin solución que requiere comprensión y compañía para mitigar “situaciones desasosegantes”.
Todas son “igual de verdad”, afirman LOVG, que en Esa chica desnudan sus resquemores frente al “exceso de éxito y sus peligros”, entre ellos, verse sumidos como por una “anestesia” ante los acontecimientos, lo que les hace sentir “nostalgia” por la “pureza” de los primeros momentos, cuando se juntaban “a tocar canciones de Nirvana en la playa”.