MADRID. En aquel concierto de fin de gira en la Ciudadela de Pamplona estuvieron con él, entre otros, Leiva, Luz Casal, Fito Cabrales (Fito & Fitipaldis), Carlos Tarque (M Clan), Iván Ferreiro, Kutxi Romero (Marea), Quique González, Ara Malikian, Rulo (Rulo y la Contrabanda), Carlos Escobedo (Sôber) y Álvaro y Ovidi Tormo (Los Zigarros).

En total fueron diecinueve los invitados que representan el pasado, el presente y el futuro del rock en este país, de todos los palos del género, pero "sin buscar equilibrios en las cuotas", sino, más bien, "la admiración".

"Algunos no saben el apoyo importante que representaron en mi vida cuando estaba jodido y dijeron algo que me hizo ver que no estaba tan solo", señala el músico navarro en una entrevista con Efe, ante la publicación mañana del nuevo álbum.

Entre esos músicos, Rosendo, al que en 1984 vino a conocerlo a Madrid y se lo llevó a producir "Barrio conflictivo" (1985), el segundo disco de Barricada, cuando Villarreal "ya era un leñero irreverente".

También está Ibai, miembro de Mochila21, un grupo de jóvenes músicos con síndrome de Down junto a los que el Drogas ha tocado durante 8 años "por egoísmo puro".

"Me han mostrado que la vida es más sencilla de lo que nos parece cuando nos agobiamos con historias que no van a ningún lado. Suplen con corazón y constancia sus dificultades y el aplauso que reciben no es por compasión, sino porque las cosas se hacen bien", señala.

Dice no sentirse más responsable que antes por liderar un proyecto con su nombre, junto a tres de sus compañeros en Txarrena: Txus Maraví (guitarras), Eugenio Aristu, Flako (bajo y coros) y Brigi Duque (batería y percusión).

"En todo caso soy un inconsciente que se ha juntado con otros tres inconscientes más, con los que pasé uno de los momentos más difíciles de mi vida, que fue la historia con Barricada. Lo del Drogas no lo hago solo, de la misma forma que antes tampoco lo hacíamos todo al 25 por ciento, aunque lo pareciera", apunta.

En este punto, se ratifica en que él fue "expulsado" de Barricada. "No hay tres verdades, cada uno puede decir lo que quiera", insiste Villarreal, para quien su exbanda es parte de su pasado, "una parte muy importante" del mismo, no obstante.

En el repertorio, además de la citada "Peineta y mantila", que cierra el disco, figuran canciones de todas sus bandas, de Txarrena, a Barricada, pasando por La Venganza de la Abuela. "He sentido tan mías esas canciones que no he tenido problema", afirma al respecto este artista para quien "la música es la excusa para meter una melodía y esta, la de la letra, que es el alma de la croqueta".

Villarreal ofrecerá varios conciertos en las próximas semanas para presentar en una vertiente "más punkarra" este "Un día nada más". Así, estará el 18 de noviembre en Madrid (La Riviera) y el 26 en Bilbao (Kate Antzokia).

Ya en diciembre, tocará el 2 en Valladolid (sala Blanca), el 16 en Valencia (Repvblicca), el 17 en Zaragoza (Oasis), el 22 y 23 de vuelta en Pamplona (Zentral, con todas las entradas agotadas ya para su segundo concierto allí) y el 30 en Barcelona (Razzmatazz 2).