Vitoria - ¿Es posible hacer una exposición en Artium en la que se muestren las piezas originales del polémico hallazgo del yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia, ahora custodiadas en los almacenes del museo Bibat? En estos momentos, parece que la respuesta es no, aunque la pregunta les sirve a los artistas Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum para realizar este sábado en el espacio de la calle Francia un seminario abierto al público en el que plantear las distintas implicaciones que podría tener una muestra de este tipo desde el punto de vista de la creación contemporánea.

A las 10.00 horas arrancará una jornada intensa que se producirá dentro del paraguas que ofrece el programa Proklama, que impulsa el centro de creación Azala con la colaboración de Artium. Un día que contará con la participación de “pensadores y creadores” para realizar distintos encuentros concebidos “como un laboratorio de reflexiones cuyas conclusiones ponemos a disposición del publico y de las autoridades que custodian las piezas” según explican Jaio y Van Gorkum.

Entre los invitados estarán el sociólogo Iñaki Martínez de Albéniz que hablará sobre el hallazgo en relación a la construcción social de la autenticidad; el arqueólogo Xurxo Ayán, que planteará el caso de Iruña-Veleia como un síntoma del cambiante papel de la arqueología en la sociedad contemporánea; y el escritor Harkaitz Cano, que hará una lectura poética bilingüe de las inscripciones. Además Ane Lekuona, Amaia Carballo y Andere Olaso, licenciadas en Historia del Arte, presentarán una propuesta de exposición de las piezas realizada bajo la dirección de la comisaria Haizea Barcenilla y Enrique Martínez Goikoetxea, conservador de la colección de Artium.

Para concluir la cita -cuyo acceso será gratuito y abierto-, Haizea Barcenilla moderará una conversación entre Imanol Agote, director de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco, y Daniel Castillejo, director del museo de arte contemporáneo, que reflexionarán sobre la implicación del público en los procesos institucionales que determinan el destino de su cultura material.

“Lo que nos interesa particularmente en toda la polémica sobre el hallazgo de Iruña-Veleia son las cuestiones fundamentales sobre la relación entre el conocimiento y la autoridad que se esconden bajo el aparente caos de las opiniones. El estado inconcluso de las piezas nos da la oportunidad de abordar estas cuestiones. Las piezas, como los objetos de arte, habitan un espacio de especulación; toda interpretación tiene el poder de engrandecer su valor al mismo tiempo que las domestica y limita su potencial imaginario”, apuntan los creadores, que son conscientes de las implicaciones que tiene tratar esta cuestión tan polémica en la que hay bandos enfrentados. Eso sí, ellos defienden que “en lugar de promover un punto de vista ideológico específico, de lo que se trata con nuestro trabajo como artistas es de desvelar los mecanismos ideológicos que nos impiden ver más allá de las cosas que damos por sentadas. Debido a su naturaleza abierta, es cierto que el proyecto podría ser utilizado con fines que no prevemos. Sin embargo, con respecto al caso de Iruña-Veleia, hemos apostado consecuentemente por dar un lugar clave a la duda y la incertidumbre en la esfera pública. Lo que las posturas más atrincheradas, de cualquier lado, tienen en común es que al fin y al cabo sólo buscan la confirmación de su versión de la verdad. Aunque creemos que nuestro trabajo puede aportar algo a ambos lados, lo que no ofrece es la seguridad de una verdad absoluta”.

No deja de sorprender, eso sí, la apuesta que ambos hacen por llevar su teórica exposición a un espacio de arte contemporáneo y no a uno centrado en el trabajo arqueológico, a lo que ellos apuntan que “cuando ves un objeto en un museo de arqueología, esperas que se contextualice en una narrativa que haga explícito su significado histórico. En el caso del hallazgo de Iruña-Veleia, esto requeriría que el Bibat se posicione sobre si las piezas son falsas o auténticas. Sin embargo, es problemático que cualquier institución asuma la autoridad para emitir tal veredicto ya que el problema principal es una disputa sobre la legitimidad. La discusión falso-auténtico es un corsé que obstaculiza otras lecturas sociales, políticas y estéticas no exploradas hasta el momento. Por eso proponemos desplazar la piezas 300 metros calle abajo hacia Artium. Un museo de arte contemporáneo tiene una aproximación más abierta hacia los objetos expuestos en sus exposiciones. Permitiría bordear la oposición entre falso y auténtico, sin privar a nadie de la oportunidad de sacar sus propias conclusiones sobre la procedencia de los artefactos”. ¿Y si la muestra se llevase a cabo? “No sabemos exactamente cuál sería el resultado de esto, pero nos parece que es importante dar acceso público a aquello que, a pesar de su estado controvertido e incómodo, se ha convertido en parte de nuestra cultura material común. Si se hiciese de forma adecuada, tal como proponemos, sería una oportunidad para abordar el lugar de la duda, de la incertidumbre y los límites del conocimiento ante la construcción de una narrativa histórica”.

Desde el ámbito institucional, “por ahora, se nos ha dicho que la exposición está descartada mientras que el caso judicial siga en marcha. Con el evento de Proklama 8 damos entonces el siguiente paso. Presentaremos propuestas de futuros escenarios para cuando los procedimientos legales hayan finalizado y se levante esta restricción”, un trabajo que este sábado centrará la atención en Artium, que cerrará este mini congreso hacia las 19.00 horas. Después, la pregunta sobre si la muestra es posible seguirá esperando una respuesta afirmativa. - DNA