madrid - Sorprendido e impactado por la repercusión en las redes sociales de la huelga de sus bailarines, Antonio Najarro asegura que los artistas, “mal asesorados”, no conseguirán su pretensión de ser “indefinidos” y adelanta que defenderá “con garras y dientes” su proyecto al frente del Ballet Nacional de España (BNE). “Uno de mis objetivos ha sido siempre la mejora de las condiciones de los artistas, que salgan del marco de un convenio único que no se ajusta a sus necesidades, pero hay que encontrar la fórmula adecuada”, asegura el madrileño (1975).
Najarro, elegido director del Ballet Nacional de España (BNE) hace cinco años tras presentarse a un concurso público y cuyo contrato acaba de ser prorrogado por otros tres, comunicó el 4 de junio a sus bailarines que todos “renovarían”. Poco después ellos le informaron de que querían contratos indefinidos y que si el INAEM no accedía a su pretensión harían huelga en coincidencia con el estreno de Homenaje a Antonio Ruiz Soler, a finales del pasado mes de junio.
Los 33 bailarines y 5 músicos convocantes de la huelga -de un total de 42, aunque 4 fuera de su convenio- denunciaban que su contrato -30.000 euros brutos al año para los del cuerpo de baile- es, desde 1995, temporal y se renueva cada mes de septiembre, siempre que el director artístico así lo considere, algo en “claro fraude de ley” porque hay artistas, decían, que llevan en esa situación 14 años. “Siempre les he dicho que así no iban a conseguir nada, pero ellos, mal asesorados, creyeron que lo iban a lograr. No he podido apoyarles porque veía que iban de cabeza al pozo, pero eso no quiere decir que no haya estado mediando desde el comienzo, buscando la mejor solución”, dice. La huelga, insiste, no ha servido para nada: “No se levantó el telón, se han anulado representaciones porque rechazaron la prórroga de sus contratos actuales y exigieron ser indefinidos”, algo que el INAEM, asevera, “les explicó que era inviable en esos términos”. El comité de huelga convocó los paros ante la negativa del INAEM a reconocer “la naturaleza indefinida” de sus contratos que, aseguraban, se encuentran “en fraude de ley”.
Los bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND), cuyo director, José Carlos Martínez, acaba de prorrogar por otros tres años, sí han renovado sus contratos y lo han hecho por otros dos años. “El 5 de septiembre habrá audiciones públicas. Hay gente con la que voy a contar, por supuesto, pero es que a esta plantilla la elegí yo... Esto no es un despido, ni están en la calle, ni un castigo, ni una humillación”, recalca. Entiende que los bailarines quieran que, una vez concluidos sus contratos, reciban una remuneración en función de los años que hubiera estado en la compañía y adelanta que el INAEM estudia la posibilidad de su equiparación a los atletas de elite, unas retribuciones mayores y otras mejoras.
Le duele mucho que en las redes sociales se haya promovido una campaña -Todos somos BNE- en la que se critica su posición: “Lo que más me entristece es la masa que se ha dejado arrastrar; que se le haya dado la vuelta a todo, que parezca que he abandonado a los bailarines y que lo que me ha preocupado ha sido mi renovación...”. “Estoy muy tranquilo con mi conciencia, con mi compromiso de engrandecer el BNE y todo lo que he hecho es para salvarlo. Hay gente que prefiere que esto se hunda antes de que siga en las mismas condiciones. Un paso mal asesorado se ha traducido en la falsedad de que les castigan con audiciones por haber hecho huelga”.
Salirse del convenio único que también atenaza a la CND; conseguir teatro propio y defender su esencia, que es viajar por el mundo y enseñar lo que hace porque su público ha de ser internacional, son algunos de sus próximos objetivos. Al BNE le quedan por delante, insiste, “cosas maravillosas” como una temporada en el Teatro Real, actuaciones en la Ópera de Laussane o las representaciones que no han podido ser de Homenaje a Antonio Soler.