madrid - Blanca Portillo “canta”, sin tono y en la tesitura de la palabra hablada, pero “canta” y lo hace en el Real, donde interpretará desde el día 10 el poema de Rilke que abrirá la ópera El emperador de la Atlántida. “Quiero ser un instrumento más de los que se oyen en la orquesta”, dice.
Casi “envasada al vacío”, con un body, pantalón, cota de malla, piezas de armadura, guantes y botas hasta el muslo, Portillo será “el soldado eterno”, “el que ha vivido, vive y vivirá” del terrible y hermoso poema de Rilke que prologa la ópera que Viktor Ullman compuso, en 1943, en el campo de concentración de Terezin. Gustavo Tambascio, director del montaje, le propuso hace dos años que fuera su “narradora” en la versión que firma de esta ópera, a la que el argentino ha añadido el prólogo de doce fragmentos del poema El canto de amor y muerte del corneta Christoph Rilke y Adagio in memoriam Ana Frank.
El hilo conductor es, dice, la muerte tanto en un concepto “heroico”, como el de su poema, como “el industrial”, que evoca el adagio de Ana Frank, y protagonista que “renuncia a su cometido” cuando el grotesco tirano de El emperador de la Atlántida se empeña en asesinar “a todo el mundo”. Las piezas “introductorias” están basadas en dos movimientos de la Sonata para piano número 7 de Ullman y otras composiciones suyas, así como de Pedro Halffter, que dirige la orquesta.
“Estoy en un teatro en el que la gente no habla, canta, así que es posible que el público me rechace...”, dice con cierto “miedo”, aunque su voz recitando el poema, que ella “teje” sinuosa en el escenario, presidido por una proyección en la que sus ojos expresan los sentimientos de los que habla, empasta a la perfección con la música. Su propósito, y se ha volcado en lograrlo, era que la voz fuera “música”. “La primera vez que entré en la sala de ensayos del Real me quería ir a mi casa. 85 músicos delante, 12.000 metros de boca de escenario... -bromea-, pero Halffter me dijo que tenía que pensar que yo era música, un instrumento y que, al ser ópera, tenía que hacerme más grande”.