bilbao - El reto y la apuesta novedosa de Mikel Urdangarin para 2015 se han cerrado con éxito. La gira en solitario de este músico residente en Gasteiz, que proseguirá hasta mayo del año próximo, se ha trasladado al disco MMXV (Elkar), desde ayer a la venta. El álbum, en el que el cantante de Zornotza está solo con su voz, guitarra y palabra, repasa su carrera en un ambiente recogido y cercano, a la vez que suma dos canciones inéditas. “Nunca he estado tan solo en el escenario pero, al mismo tiempo, nunca me he sentido tan arropado y protegido”, indicó ayer.
El striptease de Urdangarin, llevado a cabo 18 años después de su debut discográfico, ha mostrado “seguro” al músico de Amorebieta. Al parecer, no ha tenido frío en este viaje desnudo al corazón y la esencia de su cancionero y que ha tenido su columna vertebral en tres “armas” fundamentales: su particular y sensible voz, su talento como guitarrista y la palabra, la propia y la que ha tomado prestada de escritores y referentes culturales de la generación euskaldun actual como Unai Iturriaga, Kirmen Uribe, Gerardo Markuleta, Jon Maia e Iñaki Aurrekoetxea.
MMXV documenta y fija para siempre una gira acústica que Urdangarin inició el 8 de febrero en Getxo, en la Escuela de Música Andrés Isasi, a la que regresará el 19 de diciembre. Los conciertos proseguirán hasta mayo de 2016. Serán “unos 37 conciertos”, en los que las entradas se han agotado en “el 60% de los ya realizados”. En total se han grabado 26, el último en Donostia, en el Antzokia Zaharra, el 4 de octubre. “A medida que fueron avanzando, se consolidó la intención y salió muy bien porque he recibido el abrazo caluroso del público”, indicó Urgandarin.
“Ha sido algo inédito para el público, pero también para mí porque he descubierto el sonido de mi guitarra en el escenario. Ha sido algo grande”, recordaba el músico, que en 18 años de carrera siempre ha estado acompañado en escena. “Tenía ganas desde hace tiempo, unos ocho años, de darle sentido a la palabra bakarlari y hacer justicia al término solista. Lo he hecho y ha sido una gozada total, una gran oportunidad para crecer como músico y disfrutar de la soledad, aunque acabara los conciertos exhausto”, apostilló Urdangarín.
selección ingrata El disco, que incluye 13 canciones, traza una panorámica por toda su disociaría al incluir canciones recientes de sus discos Azula y Zubia, y recular hasta clásicos de su discografía como Bazkalosteko kafea, Non geratzen den denbora o Badira hiru aste. A ellos se añaden temas como Herri txikia y Kideari, incluidos en sus colaboraciones con Kirmen Uribe, Rafa Rueda y Bingen Mendizabal. “El trabajo ingrato ha sido elegir las canciones entre los conciertos grabados. La selección nos llevó un mes y fue para volverse loco”, reconoció.
Al final, el criterio principal de la selección fue que “la guitarra no estuviera desafinada, algo que sucede mucho en directo al calentarse”, y que la voz contara con “fuerza y expresividad”. Urdangarin se encontró con más de una sorpresa en el proceso. “Algún concierto que recordaba cálido y como una fiesta no se pudo usar; en cambio, otros menos efusivos nos han dado las canciones para el disco”, justificó.
MMXV incluye dos temas inéditos. El que abre el CD se titula Agian irailean, que cuenta con letra del propio Urdangarin y rescata, de manera poética y desde la óptica de un “superviviente”, a los últimos fusilados del franquismo. “Me costó mucho pero es una canción liberadora”, explicó ayer. La segunda es Oihal puska bat y la firma el “poeta y amigo” Markuleta. “Es una letra-denuncia sobre los refugiados. Cuando la recibí, hace unos nueve meses, no había adquirido el tamaño actual. Ese mundo ha pasado de la tele a casa. Quien se va de casa hace el viaje más difícil y es un ejercicio de empatía, ya que nosotros también nos tuvimos que mover”, recordó. “Somos herederos de nuestros antepasados y hay que tener perspectiva”, indicó. Este CD en vivo y en solitario ha dejado aparcado el disco previsto con canciones nuevas que Urdangarin tenía previsto grabar. “Dimos muchos conciertos y el esfuerzo fue terrible. Llegué agotado al verano. Habría que haber forzado la máquina y en el estudio hay que estar fresco para grabar”, justificó. “Tengo una docena de melodías de las que estoy contento pero que tengo que completar con letras. No sé qué tono tendrán pero, imagino, que girarán sobre el ser humano, sus complejidades y su relación con entorno”, explicó a este diario. Al ser cuestionado sobre si escribiría sobre el amor, aseguró que, en su opinión, “ser romántico es creer en los sueños, aunque te partan la cara y salgas escaldado; admiro a esa gente y también a la que canta debajo de un balcón; a veces hay que hacerlo”, concluyó.