madrid - La uruguaya Ida Vitale, que recibió ayer el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, comenzó a hacer poesía “por ausencia” de este género en su casa, y por la curiosidad que le llevó a un oficio, el de escritora, que nunca pensó que tuviera “consecuencias más allá que la felicidad que supone escribir”. La poetisa uruguaya, de 94 años, asistió ayer en el Palacio Real de Madrid a la presentación de su obra antológica Todo de pronto es nada, junto al presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, y la vicerrectora de la Universidad de Salamanca, María Ángeles Serrano.
Todo de pronto es nada recoge la “multiplicidad” de esta autora que “no es de una única poética”, indica María José Bruña, encargada de la selección de la antología, la cual recoge también textos en prosa de esta autora, así como dos inéditos Hojas naturales y Un pintor reflexiona, además de un texto que escribió recientemente bajo el título Accidentes nocturnos. Estructurada en tres partes, la primera se dedica a los interrogantes que se plantea la poeta, la segunda a la generación poética que se inicia en la diáspora mexicana y la tercera a la mirada asombrada de Ida Vitale. Con este reconocimiento, Vitale se convierte en la quinta mujer que obtiene el Reina Sofía, considerado el Cervantes de la poesía. - Efe