Maleta en mano, mochila y saco de dormir a la espalda, comienza la peregrinación. Fácilmente identificables, los primeros campistas esperan nerviosos la llegada de los autobuses que los trasladarán desde el centro de Bilbao hasta el recinto que el festival BBK Live ha habilitado durante estos días en Kobetamendi.

Al llegar, comienzan a sonar los ecos de las primeras guitarras, acordes que amenizan los tiempos de espera y el obligatorio trance de instalación de la tienda de campaña que, con frecuencia, se antoja una ardua tarea. “Nos la han dejado unos amigos y aunque ya llevamos un rato, todavía va para largo porque es enorme”, explica Silvia, cuyo grupo ha optado por desplazarse en coche desde Barcelona. “Luego llegarán dos amigas que tienen que trabajar, y para entonces esperamos tener montada la tienda”, añade, entre risas. Conocieron el festival bilbaíno por primera vez durante la pasada edición y este año repiten “con muchas ganas de ver a Kodaline, Mumford and Sons y Muse”.

Los nombres de los cabeza de cartel son claramente los más repetidos entre los que apuran las últimas horas de tranquilidad antes del comienzo de una gran fiesta musical que se prolongará hasta el sábado. En la improvisada encuesta a pie de camping, Muse gana por goleada. Es el caso de los belgas Hanna, Anthony, Eva y Michael, quienes se declaran grandes seguidores del trío británico, pero también de Ben Harper o Disclosure. “El año pasado estaba buscando festivales de música europeos cuando encontré el BBK Live; vimos los grupos, el ambiente, y nos decidimos enseguida”, apunta Eva. Los cuatro coinciden en que “es bastante barato” si se tiene en cuenta la calidad del cartel, al tiempo que alaban el estado de las instalaciones, “aunque todavía no hemos pisado la zona de los escenarios”.

servicios Mientras, a la entrada del recinto se agolpan despistados en busca de indicaciones con otros tantos que aprovechan para hacer acopio de provisiones en el supermercado que Eroski ha instalado por segundo año consecutivo para aquellos que no quieran subir cargados. “Lo del supermercado es un detalle, igual que lo de las cabinas”, agradece un grupo de jóvenes santanderinos asiduos al BBK Live, que confiesan haber adquirido los bonos antes incluso de que se hiciera público el cartel de esta edición.

Las cabinas a las que se refieren son las taquillas que, un año más, se han instalado para guardar los enseres personales. Asimismo, la zona de acampada cuenta con el habitual punto de carga de batería para teléfonos móviles y con puestos de comida y bebida, así como con los servicios básicos de higiene personal como duchas y urinarios.