pamplona - Hace escasamente una semana que Atresmedia hizo público que será Fernando González Molina, responsable de títulos como Fuga de cerebros o A tres metros sobre el cielo, quien dirigirá la Trilogía de Baztan con el donostiarra Luiso Berdejo como guionista. Precisamente, el director y la escritora mantuvieron un encuentro ayer por la tarde en el pabellón de actividades de la Feria del Libro de Madrid.

Los derechos para llevar El guardián invisible al cine se vendieron hace tiempo, pero el proyecto no se ha concretado hasta hace unos días, ¿cómo se sintió cuando supo que, en efecto, ese camino se abría definitivamente?

-En efecto, los derechos cinematográficos los adquirió el productor Peter Nadermann antes de que El guardián invisible se publicase en España, con lo que estamos hablando de unos cuantos años ya. Todo este tiempo he estado en contacto con él y me ha mantenido puntualmente informada de los avances, y, aunque pueda parecer mucho tiempo, ha ido todo a buen ritmo. Y cuando se unieron Atresmedia y Nostromo tomó más impulso. Aun así, el momento de dar la noticia es siempre muy emocionante e ilusionante.

¿Qué le parece que vaya a dirigir la trilogía un navarro?

-La historia que se cuenta en la Trilogía de Baztan es tan universal como lo es el miedo y la lucha del ser humano por vencerlo, como lo es la violencia ejercida contra los más débiles, la brutalidad de que sea quien debe cuidarte y amarte quien te dañe o los crímenes sustentados en la fe y las creencias? Creo que un director norteamericano o australiano habría encontrado estos mismos elementos, pero hay otra faz, la cercana, la íntima, tan nuestra, que sin duda la raíz navarra de la que González Molina se siente tan orgulloso va a jugar a su favor.

¿Conoce el trabajo de Fernando González Molina? ¿Qué le parece?

-Fernando es un director joven pero con una importante carrera a sus espaldas. Los trabajos que ha dirigido hasta ahora han sido un éxito dentro de su género, pero me resultó especialmente interesante saber que es un gran fan de mis novelas y que desde que las leyó no ha parado hasta conseguir dirigir la película. Me quedo sobre todo, y esto interesará mucho a los fans de la trilogía, con que hizo un excelente trabajo en la adaptación cinematográfica de las novelas de Federico Moccia, y más recientemente, de Palmeras en la nieve, de Luz Gabás. He tenido ocasión de hablar con los autores e, independientemente del género, se muestran muy satisfechos con el respeto y minuciosidad que González Molina ha tenido con sus obras. Esto para mí es capital.

¿Va a colaborar con el guionista de algún modo?

-Contamos con un excelente guionista, el donostiarra Luiso Berdejo. Escribió los guiones de Rec e Insensibles y dirigió The new daughter, protagonizada por Kevin Costner y basada en la novela de John Connolly. La intención inicial es rodar tres películas, una por cada entrega de la trilogía, pero mis lectores ya saben que, aunque ahora escribo una novela diferente, volveré con los casos de Amaia Salazar tras esta. Es importante mantener el hilo conductor de la historia en las tres entregas, pero también con lo que seguirá, y me temo que esa información solo la tengo yo. Así que sí, tendrá mi colaboración; es importante que él sepa adónde voy.

La película va a contribuir, más si cabe, a vender Elizondo y sus alrededores como un paisaje espectacular desde el punto de vista turístico, ¿qué opina al respecto?

-Aun me maravilla esa necesidad que los lectores tienen cuando terminan el libro de venir a Baztan a buscar las huellas de Amaia Salazar, el basajaun, la tía Engrasi? Es absolutamente incontrolable, nace del deseo y de la pasión que generan unos personajes que siguen vivos tras cerrar la última página de un libro. Sé que en otros lugares el rodaje de exitosas películas ha tenido el mismo efecto. Creo que de cualquier modo si hay un turismo deseable es el que viene con un libro bajo el brazo. El turismo cultural que se acerca con el respeto, el conocimiento y el amor que un lugar le ha generado a través de la lectura.

¿Cómo sueña que es El guardián invisible en imágenes? ¿Qué luz tiene, qué tiempo hace, a qué ritmo va la historia? ¿Tiene algún referente o referentes cinematográficos a los que le gustaría que se pareciera, siquiera un poco, como inspiración?

-Mi modo de narrar es muy cinematográfico. Ya cuando escribía la novela imaginaba y en ocasiones representaba escenas, la distribución de los personajes en la acción, incluso interpreté algunas de las situaciones que relataba. Puedo verlo con solo cerrar los ojos. La luz siempre en fuga, esa sensación de que el día se va sin haber llegado a amanecer, la lluvia, la niebla, y en contraste los verdes brillantes casi imposibles que tiene Baztan, el brillo de la piedra mojada? Entre Seven y El cuervo pasando por Obabakoak. ¿Difícil?

En las redes sociales ya se han disparado las opiniones de los lectores de la saga sobre quién debería interpretar tal o cual papel, ¿tiene alguna preferencia? ¿Qué rasgos le gustaría que tuvieran los papeles principales.

-No pensaba en ninguna actriz cuando imaginé a Amaia y lo cierto es que la persona que más identifico con ella es una inspectora real que tuve la suerte de conocer, se llama Eva y vive en Pamplona. Estoy segura de que si lee esto, sabrá que me refiero a ella. En Amaia no es tan importante su aspecto como su carácter. Ha sufrido, lleva el estigma de ser una víctima tan negada que ha degenerado en estrés postraumático, conocida como la enfermedad del combatiente. Y eso es Amaia, un soldado herido que vuelve a levantarse, generosa hasta el punto de ser capaz de negarse alivio para poner a otra víctima en su lugar y luchar por ella; un acto de supremo amor y compromiso. La actriz que pueda hacer esto será perfecta.

Sabe que las adaptaciones al cine siempre han tenido su carga polémica, con escritores célebres que se han peleado con los directores o con los productores, ¿teme que no te guste su historia en el cine o ya ve película como algo ajeno a usted?

-Me gustaría ser capaz de verla como algo ajeno, pero no puedo, es mi criatura y lo cierto es que cuando una adaptación fracasa nadie se acuerda de otro que del autor. Sin embargo soy consciente que de igual modo que la adaptación al cómic que hizo Ernest Sala, se trata de otro lenguaje, y creo por el pulso que recojo en las redes sociales que mis lectores también lo asumen. El cine es otro idioma, no se puede abordar igual que la narración escrita?Y en el fondo siento una gran satisfacción cuando me dicen, “no superará lo que me ha hecho sentir la novela, pero la veré”. Confío en las personas implicadas en este proyecto, la apuesta es fuerte y su talento innegable.