La alfombra roja de los Oscar, se vistió este año con una fórmula tradicional de colores: una alta proporción de blancos, sobrios negros, salpicado por algún apunte de rojo, y sin olvidar una pequeña dosis de extravagancia. Entre los aciertos de la noche, sin duda, la elegancia de Cate Blanchett que demostró que menos, es siempre más. Entre las más tradicionales, las nominadas a mejor actriz que optaron por lo seguro como el blanco de Marion Cotillard, con un vestido en tela troquelada de Dior o Julianne Moore, con un Chanel Couture cuajado de abalorios. Rosamund Pike prefirió probar suerte con un ajustado rojo Givenchy, mientras que Felicity Jones eligió un poco favorecedor McQueen en gris perla, con cuerpo tapizado en perlas. También de reivindicación estuvo llena la alfombra, la de #askhermore, una campaña que reivindica el derecho a las actrices y directoras a ser preguntadas por algo más que por sus vestidos en la alfombra roja. Como nota destacada, los hombres, que conquistan cada año nuevas cotas de experimentación.

900 horas de trabajo y 27 personas fueron necesarias para crear el Alta Costura de Chanel que vistió Moore, ganadora por ‘Siempre Alice