El atentado a la revista Charlie Hebdo ha provocado, cuando menos, un inesperado efecto colateral digno de comentar; esto es: la opinión pública está prestando más atención de la habitual al colectivo de personas que trabajar en el mundillo del humor gráfico. De ser un sector con unos valores muy poco -valga la redundancia- valorados, de repente su trabajo ha pasado a tomarse en consideración. Y así, los dibujantes de humor gráfico empiezan a ser vistos como profesionales implicados socialmente y no tanto como meros bufones dedicados a provocarnos la sonrisa. Incluso comienzan a ser estimados como personas que “se mojan” llegando en ocasiones hasta a jugarse su trabajo, su libertad e incluso su vida por lo que hacen. Y es que a veces nos resulta difícil valorar como apreciable, relevante y, en definitiva, “serio” todo aquello que nos provoca la risa. Pero el humor, si tiene carga crítica, si nos ayuda a ver nuestra realidad desde otro prisma, si nos sirve como herramienta para relativizar nuestros problemas? si vale para alguna de estas cuestiones, entonces queda claro que es cosa seria. Y los humoristas gráficos, ídem. Y las revistas en las que trabajan, también.

Estos días he leído en la prensa varias entrevistas realizadas a varios dibujantes de la revista TMEO. También hace tres semanas algunos de ellos estuvieron dando una charla en el centro cultural Koldo Mitxelena de Donostia. El TMEO cumple este año veintiocho años de existencia. Es curioso que después de tantos años dando guerra sea ahora, con tres décadas a sus espaldas casi, cuando las instituciones les empiezan a llamar para conocer su opinión sobre cuestiones claves de nuestra sociedad como pueda ser el terrorismo, la política, etc. Hasta hace dos mañanas eran considerados poco más que unos gamberros sin una opinión digna a valorar. Algo está cambiando, por lo tanto.

En cualquier caso y dejando ya de lado el efecto Charlie, podemos añadir que el TMEO -una revista editada en nuestra ciudad, no lo olvidemos- acaba de sacar a la calle su número 130. Lo han presentado comentando lo siguiente: “Aprovechando que el Pitxuegra pasa por Fachadolid, nos hemos unido en un gesto de camaradería guay a nuestros coleguis gabachos acribillados por yihadistas con licencia de hacer el mongolo y les hemos dado un poquito de cera. (?) Lo del Charlie Hebdo nos ha tocado los huevos con tanta vehemencia que, después de 28 años sin cambiar el logo de nuestro holding, hemos tenido que tunear nuestra mascota por la de un yihadista recibiendo orines. Así, a las bravas; y por si quedaba poco claro que a nuestra risueña ong no nos amilana ningún kalashnikov, en el interior un poster con integrista-terrorista sometido a tacto rectal en plan arisco. (?) Por lo demás, lo de siempre, tebeos cargados de chistes desprejuiciados, ricos en heces y flujos viscosos, sobradas a go-gó, exabruptos en cuatricomía y disertaciones de muy mal gusto. No nos convirtáis en mártires y comprar TMEO por vuestros muertos!!”.