madrid - Familiares y amigos despidieron ayer al dibujante y viñetista Máximo San Juan, fallecido este domingo en Madrid a los 82 años de una parada cardiorrespiratoria, a quien han recordado, además de como a uno de los grandes del humor gráfico, como a un “filósofo”.
“Todos somos irreemplazables pero Máximo era dos veces irreemplazable”, destacó su colega Antonio Fraguas Forges, uno de los amigos que se ha acercado este mediodía al cementerio de La Paz, en la localidad madrileña de Alcobendas, para rendir su último homenaje al dibujante. Máximo era “una persona muy inteligente y se sabía reír de él mismo; era muy divertido contando cosas que le habían pasado”, recalcó Forges, quien destacó su inteligencia, así como su “profundidad” y “una forma de estar en la vida absolutamente distinta y diferente”. También el escritor Manuel Vicent subrayó la inteligencia del viñetista: “Máximo, como su propio nombre indica, era máximo”. - Efe