Madrid - Pasional y entusiasta, “odioso y arrogante”, en sus propias palabras. Así se muestra Greil Marcus en su libro La historia del rock and roll en diez canciones, un ensayo que roza la ficción, rompe con las listas de “lo mejor de” y recuerda que la música popular está cargada de emociones.
Marcus (San Francisco, EEUU, 1945), uno de los críticos culturales más influyentes de la actualidad, ha tratado de arrancar la esencia del rock en diez canciones poco conocidas -no aparecen melodías Beatles-, sin querer establecer un nuevo canon sagrado y desarrollando una historia inesperada con cada una de ellas. “El rock, su carácter distintivo, su forma de arte, su lenguaje, puede encontrarse en cualquier buena canción, al igual que nuestro perfil de ADN se puede encontrar en cualquier célula de nuestro cuerpo”, justifica Marcus a Efe. Para captar ese espíritu, ha elegido temas tan sorprendentes como Shake Some Action de The Flamin’Groovies, Transmission de Joy Division o una versión de la canción To Know Him Is To Love Him, de Phil Spector, reinterpretada por Amy Winehouse casi 50 años después de su creación. Esta lista “subjetiva” de canciones permite al autor “contar de una forma nueva e interesante que el rock’n’roll es un lenguaje que se entiende desde el corazón”.
La reinterpretación que hace Marcus de las canciones escogidas nos lleva a momentos delirantes. Por ejemplo, la resurrección de Robert Johnson, el blusero que vendió su alma al diablo, que aparece como un fantasma para escuchar al presidente Obama cantar su Sweet home Chicago y pedir sus derechos de autor. O la encarnizada defensa que hace de una olvidada Cyndi Lauper cuando interpreta Money Changes Everything, originalmente compuesta por Tom Gray de The Brains en 1978.
Según Marcus, cada artista elegido dice algo nuevo aunque cante una vieja canción. “Creo que los artistas saben cosas que otras personas no hacen, y en sus vidas y en su trabajo tratan de decirle a la gente lo que ellos saben”, defiende categórico. - Juan Carlos Gomi