Un grupo de alaveses habilitó hace cuatro años una página en Facebook llamada Queremos volar desde Vitoria. 1.257 personas han clicado en ella un me gusta. Ojalá algunos más de ellos hubieran adquirido plaza en el avión que despegó hacia New York el pasado miércoles. Se habrían gastado sus dineros (879 euros por cabeza), pero así todas las plazas del avión de marras se hubieran cubierto. Y a nuestra querida Diputación y a nosotros como contribuyentes nos hubiera salido mejor esta operación pensada, si a esto se le puede llamar “pensar”, para relanzar nuestro aeropuerto. Porque la entidad foral compró hace meses el vuelo por 275.000 euros. Y sólo se han conseguido recuperar 140.000 euros por los, finalmente, 203 billetes vendidos, cuando se deberían haber despachado tickets para 278 personas. Y eso que a dos semanas de la fecha del despegue el precio del billete sufrió una espectacular bajada de casi 300 euros. Pero ni con ésas.

Todos queremos que Foronda tenga más vida de la que tiene, pero para eso nuestras instituciones tienen que procurar, mover hilos, para que este aeropuerto vuelva a ser operativo las 24 horas y, también, para que el tráfico de mercancías chute mejor. Pues por muchos vuelos a Nueva York que se financien con dinero público la realidad del tráfico aéreo de pasajeros, en la que Bizkaia tiene el protagonismo en el norte peninsular, no va a cambiar.

O quizá haya que cambiar el destino. Quizá New York, centro de la cultura mundial, no interese a los alaveses. Hace unos cuantos años los vuelos chárter directos a la Habana que salían de Foronda se llenaban. Puede ser que nos guste más beber mojitos y bailar salsa que, por ejemplo, recorrer alguno de los 150 teatros que hay en New York. El peso cultural de esta capital quedó retratado en un New York Times de hace unas semanas: 120 páginas de actividades culturales proyectadas sólo para la temporada de fin de año. Pero parece ser que, aun siendo tan cultos, los neoyorkinos no se han enterado de que Gasteiz es capital gastronómica este año. Porque ni uno solo de ellos ha adquirido un solo billete del vuelo hacia aquí que se programó para el 5 de octubre. Fuera de bromas, se han vendido cero pasajes. Y la suspensión del “negocio” nos ha costado 65.000 euros. Así que en total, entre el vuelo Vitoria-New York y el fiasco del New York-Vitoria la operación de promocionar turísticamente nuestra ciudad y de dar un empuje a nuestro aeropuerto nos ha costado 200.000 euros. “El objetivo de la operación, que sólo se desarrollará en septiembre aunque nace con vocación de continuidad el próximo año, es poner en valor los encantos de las tres capitales vascas y de la Rioja Alavesa, además de atraer a turistas neoyorkinos. De hecho, los paquetes se venderán con la marca Euskadi.”, nos vendían hace meses nuestros responsables políticos. Pues bien: un fracaso más en esta especie de fiebre patatera por atraer turistas culturales a nuestra ciudad tirando de talonario.