Vitoria - La Casa de Cultura Ignacio Aldecoa acoge este viernes la presentación del nuevo poemario de Elisa Rueda, Escaleras hacia el sur, una publicación con la que el año pasado consiguió ganar la última edición del certamen de poesía Ernestina de Champourcín. Acompañada por escritores, rapsodas, intérpretes, músicos y demás amigos y colegas de la escena cultural alavesa, la autora desgranará a partir de las 19.30 horas los secretos que se esconden en unas páginas donde pasado y presente se dan la mano.
“Es un libro dedicado a mis padres”, a unos Eli y Julián que, como tantos otros, abandonaron en su juventud su tierra de origen, Jaén, para recalar en Markina, donde nació Rueda, buscando trabajo y un futuro mejor, un camino que después pasó por Eibar para concluir periplo en las calles de la capital alavesa. “Tenía en la cabeza hablar sobre mis raíces y de ahí este poemario. En Jaén me solían preguntar cuando iba de vacaciones: ¿y tú, de dónde remaneces? y siempre ha sido algo que he tenido en la cabeza”, un hilo del que tirar para poner unir en palabras ese viaje del sur al norte y viceversa que la escritora, y también profesora, estructura jugando con la idea de las cartas astrales.
“Lo único que espero es que cada lector haga suyo el libro, que lo lleve a su historia, a sus sentimientos”, unas sensaciones que algunas miradas cercanas que ya han tenido oportunidad de perderse entre las páginas de Escaleras hacia el sur y cuyas familias comparten aspectos de ese pasado migrante, han notado. “La gente en Vitoria es muy generosa, en general, y hay una minoría que ya no lo es tanto porque hay mucha gente preocupada por la poesía aquí, así que a buen seguro ésta será una obra bienvenida como otras”, describe la autora, quien promete que la cita de este viernes será “una fiesta junto con toda la gente que me suele arropar, que es mucha y variada”.
De todas formas, la escritura no se detiene. En realidad, Escaleras hacia el sur, que también ha sido finalista en otros dos certámenes poéticos del Estado, se terminó hace más de año y medio. Por eso otros proyectos se agolpan esperando su momento de encontrarse con el público. De hecho, tres. Uno es un poemario en euskera “porque para mí es un desafío que quiero afrontar desde la base de que soy profesora de euskera pero mi lengua materna es el castellano”. Claro que Rueda reconoce que “ando un poco lenta”, también en el caso de un segundo libro de poesía, esta vez en castellano. Y sin olvidar una nueva colaboración, con la mirada puesta en el público infantil, con Vicente Perales. “Me da mucha pereza todo el proceso desde ir a una editorial a presentar la obra en público”, dice con una sonrisa. “Despacio, todo va despacio”. Ahora es el momento de Eli y Julián, de los versos que han inspirado.